Algunos consejos sencillos para ahorrar en la factura eléctrica

La luz ha subido considerablemente en los últimos meses. Casi en un 30% si la comparamos con el mismo periodo del pasado año. Una mala noticia que, sumada a la actual situación de crisis, complica aún más las cosas a los ciudadanos para llegar a final de mes. Por eso os ofrecemos algunos consejos para ahorrar energía en casa e intentar que la factura suba lo menos posible.

España sufre una ola de frío sin precedentes, y poner la calefacción al máximo es una tentación lógica, pero no una solución, pues nos saldrá muy caro. No tiene sentido ir en manga corta en invierno. La función de la calefacción es mantener una temperatura estable y agradable, no reproducir el verano en nuestro salón. Por ello, es recomendable mantener la temperatura del termostato a 20 o 21ºC. Más que suficiente. Hay que tener en cuenta que cada grado que aumentamos, sube un 7% el consumo de energía, y con él se incrementa el precio de la factura.

Si el termostato es programable, lo suyo es encenderlo media hora antes de despertarnos, para que se vaya caldeando el ambiente, y que se apague un par de horas después de nuestra hora de dormir, pues de este modo se aprovecha el calor residual y no se mantiene la calefacción encendida toda la noche. Es innecesario y muy caro.

Tener las puertas cerradas de las diferentes estancias también ayuda a que las habitaciones se calienten antes y usando menos energía. Sobre todo si por motivos de prevención COVID se han abierto las ventanas para airear durante unas horas.

Una costumbre poco recomendable es la de usar los radiadores o estufas como secadores de ropa. Mala idea. Lo único que conseguiremos, además del secado, es incrementar la humedad en la casa, lo cual es contraproducente con un ambiente cálido y agradable, y retardar el calentamiento general, pues las prendas absorben en calor y este no se distribuye por todo el espacio.

Electrodomésticos

El uso de la lavadora y la secadora hace variar considerablemente el coste de la luz, pues son dos de los electrodomésticos que más gastan. De hecho, si hace buen día, aunque sea invierno, se recomienda secar la ropa al aire libre. Al sol si lo hace o ventilado por la brisa. No si estamos a bajo cero, desde luego. Si no es posible, tanto la secadora como la lavadora pueden funcionar mientras dormimos, pues no necesitamos interaccionar con ellas. Por ello se recomienda aprovechar la discriminación horaria, y ponerlas en marcha entre las 22 horas y las 12 horas del día siguiente, que es cuando menos cuesta la energía. Lo mismo podríamos recomendar con el lavavajillas. Y a ser posible enprogramas “eco” y a baja temperatura.

La nevera  y el congelador también gastan mucha electricidad. Están siempre enchufados. Por ello es la temperatura la que puede ayudarnos a ahorrar. Debemos mantener la nevera a 5ºC y el congelador a -18ºC. No se necesita más.

En cuanto a las luces, lo más barato es el uso de bombillas led, que gastan menos y son más duraderas.

Hay que vigilar también el consumo fantasma, que es aquel de los aparatos en stand by. No los estamos utilizando, pero tampoco están desenchufados.  Por lo tanto siguen consumiendo. Y aunque gasten menos energía, lo hacen durante las veinticuatro horas del día, lo cual acaba por ser bastante. Es el caso de la televisión, el ordenador, los equipos de música y otros.

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