Este domingo día 28 de enero se celebra el Día Europeo de la Protección de Datos. Una jornada instaurada en 2006 para recordarnos que sí, que internet es una herramienta fundamental de nuestro tiempo, tanto a nivel personal como laboral, pero que como tal conlleva ciertos riesgos en lo referente a nuestros intereses y nuestra intimidad, por lo que es necesario tomar algunas precauciones básicas a la hora de navegar.
Se trata de una jornada impulsada por la Comisión Europea, el Consejo de Europa y las autoridades de Protección de Datos de los estados miembros de la Unión Europea, con el objetivo de promover el conocimiento entre los ciudadanos acerca de cuáles son sus derechos y responsabilidades en materia de protección de datos.
Hay una serie de precauciones elementales para protegerse en la red, y que son indispensables para navegar con ciertas garantías de seguridad. Veamos cuáles:
Precauciones elementales
En primer lugar, conviene apelar al sentido común y ser cautos, de modo que, conscientes como somos de los peligros que navegan por internet, debemos ignorar las cadenas de correos que reenvían nuestros contactos, pues suelen ser spam. Tampoco hay que abrir ningún documento ni enlace desconocido que nos pueda resultar extraño, ni fiarse nunca de correos, ni llamadas telefónicas, ni páginas web que soliciten introducir o comprobar datos confidenciales.
Otra medida necesaria es instalar y actualizar un anti-virus para detectar y eliminar amenazas. La contaminación a través de la red es continua.
Otro consejo es que esperemos a llegar a casa si tenemos que realizar alguna operación comprometida, como por ejemplo operar con nuestra banca electrónica. Es poco recomendable hacerlo desde un terminal público o que no sea de confianza. Ni en locutorios, ni en bibliotecas o entidades públicas, pues nunca sabes quién puede haberlos manipulado.
No utilizar las mismas contraseñas para todos los sitios webs donde nos registremos, pues si fuera un fraude ya tendrían nuestro código de entrada para otras webs. Asimismo evitar que nuestros pins o contraseñas se correspondan a cifras o fechas personales, pues les facilita la búsqueda a los delincuentes (nunca fechas de cumpleaños, o de boda o relacionadas con hijos, por ejemplo).
Del mismo modo, no lleve sus contraseñas apuntadas en papeles en su cartera, ni en el dorso de los documentos físicos, pues en caso de robo le habrán dado la llave de entrada a los ladrones.
Otra amenaza en lo que a seguridad cibernética se refiere es el phishing, y también conviene tomar precauciones al respecto. Se trata de un fraude a través del correo electrónico o mensajería instantánea. El estafador se presenta como una persona o empresa de nuestra confianza y solicita nuestros datos personales para actualizarlos o confirmarlos proporcionando un enlace para ello. Aparentemente la web es idéntica a la de nuestra entidad bancaria, pero en realidad resulta ser falsa.
En 2018 entró en vigor para todos los países de la Unión Europea el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR). En éste se introduce la obligación de consentimiento expreso por escrito del usuario, que refleje su manifestación de voluntad libre, específica, informada e inequívoca de aceptar el tratamiento de sus datos de carácter personal. Y, ademásM refuerza el derecho al olvido establecido por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea mediante sentencia de 13 de mayo de 2014 en el famoso procedimiento contra Google.
Del mismo modo, se crea la figura del Delegado de Protección de Datos, encargado de garantizar el cumplimiento del Reglamento.
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