La educación medioambiental va calando en las nuevas generaciones y, según algunos estudios recientes, los jóvenes apuestan cada vez más por la movilidad sostenible.
Hace algunas semanas informábamos de que por primera vez en el sector de la automoción, en un mes se habían vendido más coches impulsados por energías renovables que por los combustibles convencionales: gasolina y gasóleo. Y ese parece que es el camino, el futuro del sector, aunque la movilidad sostenible contempla otras muchas posibilidades.
Una encuesta realizada por la Asociación Europea de Suministros Ferroviarios (UNIFE) a jóvenes de entre 16 y 25 años de hasta seis países europeos: Alemania, Francia, Italia, España, Polonia y Países Bajos, asegura que el 77% de los jóvenes están “muy preocupados» por el cambio climático y seis de cada diez estarían dispuestos a modificar sus hábitos de transporte por opciones más sostenibles.
El objeto de este estudio era conocer la opinión de los jóvenes sobre el tren como alternativa de transporte respetuoso como el medio ambiente, y los resultados aseguran que la percepción general de la juventud es muy positiva hacia ese medio de transporte. Aunque, de momento, sólo el 16,3% los encuestados han cambiado ya el coche por el tren en sus desplazamientos y apenas el 7% lo ha hecho en el caso del avión.
La bicicleta
Por otro lado, parece que es la bicicleta la que está ganando cada vez más adeptos entre la juventud, que parece inclinarse por este vehículo en pos de una movilidad más sostenible y respetuosa con el medioambiente.
De hecho, otra encuesta, realizada en esta ocasión por YouGov para la campaña Clean Cities, evidencia que la juventud prefiere más espacios verdes, bicicletas y transporte público para hacer frente al cambio climático.
En Madrid, por ejemplo, más del 70% de los encuestados piensan que es necesario reservar más espacio en las ciudades para el transporte público. Y además, consideran que este mayor espacio también debe ser para las bicicletas. Las cifras de Barcelona son muy similares, y apuntan en idéntica dirección en cuanto a las preferencias de la juventud, que demanda más zonas verdes en las ciudades y una movilidad menos contaminante.
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