El pasado mes de abril entró en vigor la nueva Ley de residuos y suelos contaminantes, pero daba de plazo hasta el día 6 de enero de 2023 para que los afectados se adaptaran y asumieran las obligaciones que la nueva normativa exige. El plazo se ha cumplido y la ley exige a las tabacaleras implicarse y costear la recogida de colillas de los espacios públicos.
La normativa europea prohíbe la comercialización de utensilios de plástico de un solo uso, tales como cubertería, platos, pajitas y demás, pero también afecta a las boquillas de los cigarrillos, que contienen acetato de celulosa, y son uno de los elementos contaminantes que más se encuentran en las playas de la Unión Europea. En concreto, los productos que se definen en la ley son «productos del tabaco con filtros y filtros comercializados para utilizarse en combinación con productos del tabaco».
Recogida e información
Desde ahora, la ley obliga a los productores de tabaco, como a cualquier fabricante de plástico, a implicarse en las tareas de recogida de este tipo de materiales. Y además, estarán obligados a comunicar que no se pueden tirar al suelo.
Las boquillas son, además, uno de los residuos plásticos más difíciles de erradicar porque tardan mucho en descomponerse y, no sólo eso, sino que a medida que lo hacen liberan todos los componentes tóxicos que han quedado en ella, tales como alquitrán, nicotina y todo tipo de sustancias que lleva el cigarrillo. Y por otro lado, desde el Ministerio recuerdan que el tabaco también es perjudicial para la salud, y tiene un alto coste desde el punto de vista medioambiental por la contaminación que supone el humo en cualquier espacio público.
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