Siempre es un buen momento para el compromiso medioambiental, pero este fin de semana va a ser especialmente activo en este sentido. El sábado 4 se celebra el Día Mundial de la Ingeniería para el desarrollo sostenible, y el domingo 5, el de la eficiencia energética. Veamos en qué consisten estas dos jornadas de marcado carácter ecológico.
El Día Mundial de la Ingeniería para el Desarrollo Sostenible, proclamado por la UNESCO en 2020, está incluido en las iniciativas de la Agenda 2030 de la ONU, y su propósito es presentar proyectos a nivel de ingeniería y tecnología que permitan alcanzar las metas pautadas dentro del Plan de Desarrollo Sostenible planteado por Naciones Unidas.
Esta iniciativa fue propuesta en su momento por la Federación Mundial de Organizaciones de Ingeniería (WFEO) con la intención de dar relevancia al papel de los ingenieros e ingenieras a la hora de pensar en el futuro de la humanidad en términos de sostenibilidad y respeto por el planeta, ya que son estos profesionales quienes tienen la responsabilidad de desarrollar nuevas tecnologías y métodos que permitan a las personas seguir obteniendo los recursos necesarios sin poner en riesgo el medioambiente. En pocas palabras, garantizar y posibilitar un equilibrio entre el mundo moderno y la naturaleza.
Eficiencia energética
Por otro lado, el domingo 5 se celebrará otra efeméride relacionada con el compromiso internacional con las políticas sostenibles, el Día Mundial de la Eficiencia Energética. Una jornada que se celebra desde 1998 con la finalidad de reflexionar y crear conciencia de la importancia del uso racional de la energía por el bien del planeta y del hombre, pues de continuar su despilfarro y su uso indiscriminado las consecuencias serán irreparables en pocos años, tal y como los estragos del cambio climático se encargan de recordarnos continuamente.
El origen de esta fecha reivindicativa fue una Conferencia Internacional celebrada en Austria en 1998, en la cual se acordó consensuar un día que fuese emblemático para el mundo, y sirviera como altavoz de la importancia de cuidar y hacer un uso consciente y responsable de la energía como recurso esencial para la vida. Fue en este encuentro donde empezó a debatirse sobre la necesidad de crear estrategias para ampliar la diversificación energética a través de otras fuentes como las energías renovables y la reducción de los combustibles fósiles.
Los responsables de estas reivindicaciones sostenibles insisten en recordar que la eficiencia energética no tiene nada que ver con lo que mucha gente se imagina. Es decir, dejar de disfrutar de ciertos aspectos del confort en nuestro día a día. Bien al contrario, lo que se pretende es mejorar la calidad de vida, pero sin perjudicar los recursos naturales ni renunciar a la energía, que es tan necesaria para nuestra cotidianeidad, pero que puede proceder de fuentes más respetuosas con el medioambiente. Así, es muy importante optimizar la energía a través de opciones mucho más sostenibles como, por ejemplo, las renovables, la introducción de la práctica del reciclaje, el uso de fuentes de energía limpia o de la energía solar y la eólica, etc.
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