Aunque el hábito del ahorro se nos suele inculcar desde edades cada vez más tempranas, y los jóvenes han demostrado estar cada vez más mentalizados de la necesidad de hacerlo, lo cierto es que los españoles es en la edad de la jubilación cuando más ahorramos. Pero veamos porqué segmentando por edades la vida del ahorrador.
De niños nuestra capacidad de ahorro no es relevante, pues nos hayamos en una etapa de aprendizaje, muy importante, sin duda, pero en clave educativa y no financiera. Las posibles cantidades ahorradas son, lógicamente, anecdóticas y ajustadas a las necesidades e ilusiones de los jóvenes ahorradores.
Es a partir de los 25 años cuando los índices de ahorro son considerables, pues antes de esa edad los jóvenes suelen estar estudiando o realizando prácticas profesionales no remuneradas, por lo que su capacidad para el ahorro está muy limitada.
El grueso de los ahorradores
En cambio, según un estudio de COINC, entre los 25 y los 44 años se concentra el 60% de los ahorradores españoles. Concretamente el 27% con edades comprendidas entre los 25 y los 34 y un 33% entre los 35 y los 44 años. Y es que es a partir de estas edades cuando surgen planes de futuro que exigen un importante esfuerzo financiero, como por ejemplo la compra de una casa, el coste de una boda o ampliar la familia con la llegada de los hijos. Razones más que suficientes para estimular la necesidad del ahorro.
Pero abundando en la evidente relación existente entre la edad y la capacidad de ahorro, es con la llegada de la vejez, y con ella la jubilación, cuando más ahorran los españoles. Y es que aunque normalmente los ingresos desciendan con las pensiones, proporcionalmente también disminuyen los gastos, pues la salud y las energías nos exigen calma y prudencia. De modo que a menudo los ingresos superan a los gastos. De ahí que durante los años de la depresión muchas familias tuvieran que recurrir a la ayuda de los abuelos para salir adelante.
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