Las estafas también amenazan el Bizum

Desde el año 2016 es habitual en cualquier ambiente social oír la frase “Hazme un Bizum”. Y es que esta plataforma de envío de dinero de móvil a móvil ha superado ya los 16 millones de usuarios, que confían en la que, sin duda, es una opción práctica, rápida y “segura” de saldar cuentas. Pero, lamentablemente, cabe entrecomillar el adjetivo seguro, pues los ciberdelincuentes ya han encontrado algún resquicio en el sistema para cometer estafas. Veamos cuáles.

El primer caso es el del falso comprador. Hay que estar siempre muy atentos. Las prisas no son buenas consejeras, y los estafadores lo saben y confían en ello. Así, por ejemplo, una persona interesada en un artículo de segundo mano que has puesto en venta te pide el número de móvil para hacerte un bizum en concepto de señal, pero en vez de enviarte el dinero hace uso de la funcionalidad de solicitarlo. Esa opción aparece señalada claramente en la solicitud, pero al no ser la operación que “supuestamente” estamos llevando a cabo, tal vez no nos fijemos y, por inercia, aceptemos enviarles el dinero en vez de que ellos nos lo envíen. Los delincuentes confían en las prisas y el despiste, y si no caemos, y les corregimos, no pierden nada pues cortan la comunicación.

Adelantos perdidos

 Pedir una señal y desaparecer con ella es una estafa vieja como el mismo dinero. Pues bien, aunque el Bizum sea un sistema moderno no está exento de los delitos más clásicos. Atención pues a los falsos vendedores que ofertan algún artículo tan atractivo como barato. Parece que se lo quitan de las manos, por lo que aceptamos hacerle un Bizum como señal, para asegurarnos la compra. El resto a la entrega. Pero el artículo no llegará nunca, y nuestra señal tampoco volverá.

Por otro lado, conviene recordar que los organismos oficiales no utilizan el Bizum ni solicitan por SMS ni por teléfono (vishing) los datos personales. Nunca. Por ello, si se recibe alguna notificación de la Seguridad Social, incluso mencionando un posible ERTE, y que anuncia una prestación a recibir, pero que exige algún pago previo de tasas, nunca hay que hacerlo. Ni siquiera contestar. Es un fraude.

En cualquiera de estos casos, lo que debemos hacer de inmediato es interponer denuncia ante los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y comunícalo a nuestro banco. La información de las operaciones queda registrada en el sistema y, en caso de estafa, los datos de la persona que ha recibido un pago son un rastro a seguir.

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