La electricidad no vale siempre lo mismo. Según la hora es más cara o más barata. Así mismo, los electrodomésticos también varían en su consumo. Los hay que gastan más que otros. Veamos a qué hora es más barato usar cada uno de los electrodomésticos en el hogar.
Lo primero que hay que saber es en que franja horaria es más barata la energía, e intentar aprovechar dicha información, que siempre estará ligada al consumo de los electrodomésticos. Es decir, en las horas en que más se consume, más caro es consumir. Por eso hay que intentar buscar el equilibrio dentro de lo posible, aunque a veces parezca imposible. Las horas más baratas son de 4 a 5 de la mañana, y nadie se levantará a poner la lavadora de madrugada.
Las nueve de la mañana y las 21 horas son los picos en que la luz sale más cara. Hay que intentar evitar esas horas, e ir variando nuestros hábitos para conseguirlo.
Recién levantados suele ser el momento idóneo para darnos una ducha, pero es ahí cuando el calentador de agua nos puede dar un disgusto económico. Es de los electrodomésticos que más gasta, y lo usamos sobre todo a las horas más caras. Cerca de las 9 y las 21h. Por eso, si puede evitarse, hay que hacerlo. Y eso no significa descuidar la higiene, sino levantarnos más pronto para ducharnos o hacerlo antes de ir a dormir, a partir de las 23 horas, por ejemplo.
La lavadora hace demasiado ruido para ponerla de madrugada (si la tienes aislada e insonorizada, a las 5 de la mañana es el momento ideal), porque la podrás tender a las 7-8 horas, cuando te levantes. Pero si no quieres castigarte el sueño de esa manera, las 15 y 16 horas también son propicias, pues son algunas de las horas más baratas.
Y por esa misma regla de tres, el gran beneficiado es el lavaplatos, ya que por lógica su uso habitual es después de comer, y como decíamos esa es la hora más barata del día. Pero aún lo puede ser más, si se conecta de madrugada antes de irse a la cama. No es un electrodoméstico muy ruidoso.
El microondas gasta mucho. Uno de los que más. Pero su ventaja es la brevedad de su consumo. En pocos segundos cumple con su cometido. Eso sí, se usa a lo largo de todo el día, y esa es su desventaja. Así, el gasto dependerá de los hábitos del consumidor.
La plancha no tiene exigencias horarias, y en cambio supone un gasto importante, pues el proceso de calentamiento previo conlleva un gasto extra. Por ello conviene acumular ropa y no ir planchando así como vamos necesitando las prendas; y además es conveniente buscar las horas más baratas para hacerlo. El resultado de planchar a las 9 de la mañana es el mismo que hacerlo a las 17 horas, y en cambio resulta mucho más barato.
Si planificas las horas de cocinas puedes ahorrar. Las horas de comer y cenar son bastante caras en lo que al consumo de energía se refiere, y el horno gasta bastante. En cambio, puedes preparar la cena, o incluso la comida del día siguiente a las horas más baratas, y dejarla lista. Seguirá estando sabrosa y te costará menos.
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