¿A partir de qué importe considera Hacienda un delito fiscal el fraude en la renta?

No declarar correctamente nuestra renta a Hacienda es siempre un fraude, sea éste cometido por acción u omisión. No obstante, la Agencia Tributaria establece un límite mínimo para imputar penalmente al responsable de eludir impuestos. Rebasar ese límite supone cometer un delito fiscal. Veamos cuáles son esos casos.

Si nos hemos desgravado alguna cantidad excesiva , ya sea por error o a sabiendas, si hemos inflado algunos gastos para pagar menos u otras triquiñuelas por el estilo, Hacienda puede sancionarnos. Dicha actitud es fraudulenta y está penada, pero no es delito fiscal si las cantidades no superan ciertos límites. Para subsanar la situación irregular, deberemos devolver los impuestos eludidos y afrontar la multa fiscal que nos imponga el fisco.

Sin embargo, si el importe defraudado supera la barrera de los 120.000 euros será considerado un delito fiscal por la Hacienda Pública, y éste puede conllevar penas de cárcel de hasta cinco años, además de las consecuentes multas.

Así lo indica el código penal, que regula esta cuestión y establece que se cometerá delito fiscal cuando: “por acción u omisión, se defraude a la Hacienda Pública estatal, autonómica, foral o local, eludiendo el pago de tributos, cantidades retenidas o que se hubieran debido retener o ingresos a cuenta, obteniendo indebidamente devoluciones o disfrutando beneficios fiscales de la misma forma, siempre que la cuantía defraudada supere los 120.000 euros”.

Penas de cárcel

Una vez demostrado un fraude superior a la cantidad señalada, el defraudador podrá ser condenado hasta cinco años de cárcel, además de verse obligado a devolver la cantidad defraudada y hasta seis veces ésta como sanción económica. Además, quien haya cometido el delito no podrá obtener subvenciones o ayudas públicas, ni beneficios o incentivos fiscales o de la Seguridad Social durante el período de tres a seis años.

Las penas pueden ser más altas si el fraude supera los 600.000 euros y si el delito ha sido cometido en el seno de una organización criminal.

Cabe reseñar que pese a que el límite está fijado en 120.000 euros, esto no significa que por debajo de ese importe el fraude a Hacienda no está perseguido y castigado, sino que las consecuencias serán administrativas y no penales. Y además, sea cual sea el importe defraudado, si el responsable regulariza su situación tributaria y ya no tiene deudas con Hacienda es posible que no asuma ninguna pena.

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