Las etiquetas medioambientales de la DGT ya son obligatorias en Madrid y con el tiempo puede que acaben siéndolo en todo el territorio español, de modo que vamos a explicar cómo conseguirlas, cuánto cuestan y dónde ponerlas.
La Dirección General de Tráfico creó cuatro distintivos ambientales en función del impacto medioambiental de los vehículos. Esta categorización tiene su origen en el Plan nacional de calidad del aire y protección de la atmósfera 2013-2016 (Plan Aire) en el que se afirma que tanto las partículas como el dióxido de nitrógeno (NO2) tienen en el tráfico rodado la principal fuente de emisión en las grandes ciudades y propone la clasificación de los vehículos en función de los niveles de contaminación que emiten.
Cada vehículo, moto y coche, llevará una etiqueta en función de sus niveles de contaminación para diferenciar positivamente a los vehículos más respetuosos con el medio ambiente y ser un instrumento eficaz al servicio de las políticas municipales, tanto restrictivas de tráfico en episodios de alta contaminación, como de promoción de nuevas tecnologías a través de beneficios fiscales o relativos a la movilidad y el medio ambiente.
Cuatro etiquetas
Las pegatinas son redondas y marcan el potencial contaminante de cada vehículo. Hay cuatro categorías: Azul (cero emisiones), Verde y azul (Eco), Verde (C) y Amarillo (B). La azul es la de los coches eléctricos y de los híbridos enchufables más recientes. La etiqueta ECO es la de los híbridos enchufables con una autonomía inferior a los 40 km, los vehículos híbridos no enchufables (HEV), los que usen gas natural (GNC y GNL) o gas licuado del petróleo (GLP). En todo caso, deberán cumplir los criterios de la etiqueta C. La tercera, la verde, era la categoría de los turismos de gasolina Euro 4, 5 y 6 y los diésel Euro 6. Concretamente los turismos y las furgonetas ligeras de gasolina matriculadas a partir de enero de 2006 y diésel a partir de 2014. A nivel profesional, los vehículos de más de 8 plazas y de transporte de mercancías, tanto de gasolina como de diésel, matriculados a partir de 2014.
Finalmente la etiqueta amarilla (B) que corresponde a los vehículos de gasolina Euro 3 y los diésel Euro 4 y 5. Es decir, los turismos y las furgonetas ligeras de gasolina matriculadas a partir de enero del año 2000 y de diésel a partir de enero de 2006. Los vehículos de más de 8 plazas y de transporte de mercancías tanto de gasolina como de diésel matriculados a partir de 2005.
Los coches más antiguos no tienen ninguna etiqueta asignada, pero pueden ver restringida su circulación durante determinadas situaciones (calidad del aire), según las ordenanzas de cada municipio. Son los vehículos de gasolina anteriores al año 2000 y los diésel anteriores a 2006.
Las etiquetas deben adherirse en el ángulo inferior derecho del parabrisas delantero por su cara interior, si se dispone de él, o en su defecto, en cualquier sitio visible del vehículo. Las motos pueden ponerlo en el guardabarros o en un lugar visible.
Donde adquirir las etiquetas
Al matricularse el vehículo se le entrega al interesado junto con el permiso de circulación y la copia de la tarjeta ITV si procediese, sin generar tasa adicional. En el caso, de que por deterioro, extravío o cambio en el cristal que alojase el distintivo se requiriese la emisión de un duplicado, se solicitará en cualquier Jefatura u Oficina Provincial de Tráfico, que emitirá el mismo, previo abono de la tasa.
También está a la venta en las oficinas de correos. Para obtenerla, sólo hay que presentar el permiso de circulación del vehículo y el DNI de la persona que lo solicita. El precio es de 5 euros (IVA incluido). Los talleres también pueden dispensarlas.
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