La educación económica es básica tanto en el hogar como en la escuela, e inculcar el ahorro es una de las primeras lecciones que debe aprender un niño desde el mismo instante en que empieza a tomar conciencia del dinero.
Los niños deben aprender a ahorrar, y no solo desde el momento en que empiezan a recibir su paga semanal, sino desde que descubren que las cosas cuestan dinero y se lo piden a los padres para conseguirlas. Es ahí donde empieza el proceso educativo. Donde descubrirán que conseguir dinero requiere un esfuerzo, y que ese esfuerzo es el ahorro.
Cuando sus hijos le pidan alguna cosa, deben explicarles que para conseguirla deberán ahorrar el dinero necesario, y que ese dinero debe salir de su paga semanal. De este modo tomarán conciencia del esfuerzo que supone reunir la cantidad necesaria, además de reforzar sus conocimientos de sumas y restas.
Satisfacción y aprendizaje
Con este sistema aprenderán también que el ahorro nos permite satisfacciones posteriores, a la vez que, en los casos contrarios, en la vida no es tan fácil tener lo que queremos.
Otra lección muy útil y práctica es abrirles una cuenta de ahorro a sus hijos y, cada cierto tiempo, llevarles a realizar ingresos (por ejemplo, dinero que hayan recibido como regalo o que hayan ahorrado ellos de su paga), y aprovechar el momento para explicarles para qué sirve una entidad financiera y porqué sus ahorros están mejor en la cuenta de ahorros que en su hucha: seguridad, intereses, cajeros automáticos, etc.
Todas estas actividades formativas relacionadas con el dinero pueden empezar a cualquier edad, siempre y cuando se adecuen a la capacidad de comprensión del niño. No hay que esperar a la adolescencia, pues los niños tienen una capacidad de entender mayor de lo que normalmente pensamos.
Leave a Reply