La inflación ha disparado el precio de la cesta de la compra, que escapa a las posibilidades económicas de muchos ciudadanos. Así, muchos son los que deben renunciar a productos alimentarios básicos que se han encarecido enormemente en los últimos meses. Y para contrarrestar esta circunstancia, el Gobierno quiere negociar con las grandes empresas de distribución una cesta de la compra que congele el precio de algunos de esos productos esenciales, de manera que no estén fuera del alcance de los ciudadanos. Sin embargo, las primeras tentativas no parecen haber convencido a nadie, ni comerciantes ni consumidores, y la medida está en tela de juicio.
El acuerdo que pretende alcanzar el Ministerio de Trabajo y Economía Social, encabezado por Yolanda Díaz, es una cesta de la compra que congele el precio de frutas, hortalizas, lácteos, huevos, pescado y carne, al menos hasta después de Navidad. Otro periodo marcado por el consumo, igual que lo ha sido la vuelta al cole, y por ello se pretende mitigar el impacto que está teniendo la subida de precios sobre la pérdida de poder adquisitivo de los hogares, y asegurar que las familias pueden acceder a una cesta de productos básicos a precios limitados.
Marca blanca
No obstante, la propuesta se ha topado de momento con la oposición de las grandes empresas, y solo una gran cadena de supermercados ha presentado una propuesta con una lista de 30 productos, que ha resultado de lo más controvertida. Y es que dicha empresa excluye muchos de los productos enunciados por el Ministerio, tales como pescado, carne o leche, y se centra en su marca blanca.
Los representantes de las grandes cadenas consideran que la medida sería ineficaz, y apelan a las malas experiencias en otros países. Por el contrario, solicitan al Ejecutivo medidas fiscales como la reducción del IVA en alimentos, una moratoria a impuestos medioambientales, el descenso del coste regulatorio o la reducción del coste de la energía.
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