«Soy viejo no idiota» o la lucha contra la brecha digital de la tercera edad

La brecha digital que afecta fundamentalmente a las personas mayores es cada vez más evidente, y lejos de subsanarse el problema, la estrategia comercial de los bancos lo agrava día a día substituyendo la atención personalizada por los servicios automatizados, ya sean a través del cajero o de internet. Una circunstancia que deja desamparados a miles de usuarios de edad avanzada que no tienen los conocimientos tecnológicos mínimos para desenvolverse. Pero una inesperada voz de la tercera edad se alzó hace unos meses para liderar la reivindicación de sus coetáneos, y lo hizo lanzando una certera campaña de protesta bajo el lema “Soy viejo, pero no idiota”, y en pocas semanas recogió la friolera de 400.000 firmas en apoyo de su iniciativa.

El valenciano Carlos San Juan, un jubilado de casi 80 años, decidió tonar cartas en el asunto para paliar el problema tecnológico que ha derivado en la mencionada brecha digital, y que está excluyendo a su generación o provocándoles graves perjuicios, ya que muchos tienen problemas incluso para acceder al dinero de sus pensiones. Y con esta reivindicación, que paradójicamente se ha llevado a cabo a través de las redes sociales, ha conseguido llamar la atención de las instituciones, e incluso ha sido recibido en el Ministerio de Economía y se ha comunicado con el gobernador del Banco de España.

Quejas y demandas

En su reivindicación, el artífice de esta iniciativa señala que “No paran de cerrar oficinas, algunos cajeros son complicados de usar, otros se averían y nadie resuelve tus dudas, hay gestiones que solo se pueden hacer online… Y en los pocos sitios donde queda atención presencial, los horarios son muy limitados, hay que pedir cita previa por teléfono, pero llamas, nadie lo coge y te acaban redirigiendo a una aplicación que, de nuevo, no sabemos manejar, o mandándote a una sucursal lejana a la que quizás no tengas cómo llegar».

Y es que como él mismo añade: “muchas personas mayores están solas y no tienen nadie que les ayude, por lo que es una necesidad para todos nosotros que “los bancos atiendan a las personas mayores sin trabas tecnológicas y con más paciencia y humanidad, y que mantengan oficinas abiertas donde pueda atenderte una persona; que no todo sea por internet”.

Frutos de la campaña

La lucha de Carlos San Juan, secundado por cientos de miles de firmas, ha empezado a dar sus frutos, ya que el Ejecutivo instó a la patronal bancaria a preparar en el plazo de un mes un conjunto de medidas que garanticen «el apoyo a los mayores» en el acceso a los servicios digitales y de manera presencial, con un foco especial en el «mundo rural». Todo ello para garantizar la inclusión de estas personas, que tienen ciertas limitaciones ligadas a su edad, pero son clientes como cualquier otro, y poseedores también de un dinero que los bancos gestionan.

Por su parte, la asociación de consumidores Facua también se ha pronunciado en este sentido, asegurando que no se trata de pedirle a la banca que sea más sensible con los clientes de la tercera edad, sino que cumplan con la legalidad.

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