El skimming es una de las técnicas más sofisticadas de estafa de cuantas no utilizan internet para robarte. Y es que el engaño físico sigue activo y no debemos relajarnos al tomar medidas de precaución, por ejemplo, en el cajero.
Skimming: qué es
Del inglés hojear, el skimming consiste en los intentos ilícitos de los delincuentes por conseguir los datos de la banda magnética de la tarjeta de débito o crédito de la víctima a través de la clonación de la misma.
Tipos o ejemplos de skimming
Las tretas o técnicas para cometer este fraude son numerosas y pueden superponer o intercambiar “copiadoras” en la parte externa de los cajeros, como, por ejemplo, en la ranura por la que se introduce la tarjeta. Además, para robar el PIN instalan una cámara en el lateral y graban el momento en el que el incauto lo marca. Pueden incluso colocar un teclado falso sobre el auténtico, y éste registra y almacena el código secreto cuando se teclea. Veámoslos más detenidamente:
Cajeros automáticos
- Dispositivos de lectura falsa: los delincuentes instalan dispositivos en la ranura de inserción de la tarjeta del cajero automático que copian los datos de la banda magnética cuando los usuarios introducen sus tarjetas.
- Cámaras ocultas: a menudo, los skimmers también colocan cámaras ocultas cerca del cajero para grabar el PIN que los usuarios ingresan.
Terminales de puntos de venta:
- Dispositivos adulterados: los delincuentes modifican los terminales de pago en tiendas, restaurantes o estaciones de servicio para que copien la información de las tarjetas cuando los clientes realizan una transacción.
- Empleados corruptos: en algunos casos, empleados de establecimientos pueden usar dispositivos de skimming portátiles para robar información de tarjetas durante las transacciones.
Dispositivos portátiles:
- Skimmers portátiles: dispositivos pequeños y móviles que los delincuentes pueden llevar consigo y utilizar para copiar la información de las tarjetas de crédito o débito de manera discreta en cualquier lugar.
Lazo libanés
Hay que estar muy atentos. Hay otros sistemas no menos ingeniosos y eficaces para robar. Por ejemplo, el lazo libanés. Consiste en manipular el cajero para que se atasque la tarjeta. Cuando la víctima desiste y se marcha, el ladrón regresa al cajero para recuperarla.
Y otra treta es la de adherir una barra con pegamento a la ranura de extracción de billetes para que el efectivo se quede enrollado. Una vez el cliente se va y llama al número de emergencia para decir que el cajero se ha tragado su dinero, el delincuente vuelve, lo desenrolla y se lo lleva. Al mecanismo del cajero no le consta el error, pues el dinero se ha entregado correctamente, y la víctima lo pierde.
Medidas de prevención
Este tipo de trampas son bastante habituales y a menudo difíciles de detectar, pero debemos estar atentos para no padecerlas. Veamos algunas comprobaciones muy útiles para evitar disgustos.
Lo primero, y por obvio que parezca, es comprobar que no hay terceros en las inmediaciones. Ser observado es el primer factor de riesgo. De hecho, debes rechazar siempre cualquier propuesta de ayuda o consejo de extraños mientras usas la máquina. Y cubre siempre el teclado con las manos antes de introducir el PIN. Incluso si estás solo.
En cuanto al mencionado skimming, nunca está demás revisar el cajero antes de emplearlo. Comprobar los laterales o la parte superior, para ver si detectamos artilugios o cables extraños, o revisar el teclado para ver si está fijo y no tiene ninguna reproducción superpuesta, son precauciones muy eficaces frente a esta estafa. Y si la tarjeta no es expulsada, no te vayas y llama al banco desde el cajero.
Si el cajero está equipado con el sistema contactless no dudes en usarlo. Así no tendrás que teclear y puedes guardar la tarjeta de inmediato.
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