¿Qué debes saber si pides presupuesto para una reforma?

La dificultad en la concesión de créditos hipotecarios por parte de las entidades bancarias empuja a los ciudadanos a llevar a cabo reformas en la vivienda en lugar de comprar un piso nuevo. Pero, ¿sabes qué pautas debes tener en cuenta a la hora de solicitar un presupuesto para reforma? ¿Qué financiación hay disponible? ¿Hay ayudas? ¡Toma nota!

Tirar tabiques para ampliar habitaciones, instalar un sistema de climatización y/o  calefacción, abrir ventanas, efectuar el revestimiento del suelo o cambiar el mobiliario de la cocina son obras frecuentes que sirven para un mejor acondicionamiento del inmueble. Y obviamente, el desembolso económico que supone hacer frente a estas reformas requiere un gasto mucho menor que el de una hipoteca.

Presupuestos para reformas

 

Procedimiento a seguir al solicitar un presupuesto para reforma

Tras la concesión del crédito comienzan los preparativos de la reforma. Lo primero que se debe hacer es solicitar presupuesto para reforma por escrito para contratar a la empresa encargada del servicio. Lo más recomendable es comparar ofertas antes de tomar una decisión y desconfiar de aquellas que ofrezcan presupuestos para reforma excesivamente bajos. Lo barato sale caro.

El presupuesto para reforma debe reflejar la cuantía exacta de la obra con IVA incluido, la calidad de los materiales, los plazos previstos para la finalización del trabajo, la garantía del servicio y los datos personales del contratista, así como los del cliente. El documento puede incluir alguna cláusula que estipule la posibilidad de modificar los plazos de entrega ante la mala climatología u otras circunstancias.

Asimismo, conviene leer con atención todos los puntos del contrato en el que está incluido el presupuesto para reforma, ya que una vez cerrado con la firma del cliente sólo se aceptan reclamaciones en función de lo que figure en él.

Incumplimiento del contrato

En ocasiones suelen surgir ciertos problemas al finalizar el trabajo contratado, bien porque no se ha cumplido el plazo pactado, porque los materiales utilizados no están homologados u otros motivos diversos o se incurre en un incremento del presupuesto para reforma. ¿Cómo reclamar ante esta situación?

El primer paso es ponerse en contacto –mediante burofax o telegrama- con los responsables del servicio para que quede constancia por escrito de dicha reclamación. Si de este modo no se solventa el conflicto, el siguiente paso es el de recurrir a las autoridades de consumo y explicar detalladamente lo sucedido, adjuntando la notificación anterior de daños y perjuicios.

El consumidor afectado queda a la espera de las oportunas gestiones para conocer si, finalmente, se ha admitido a trámite su queja. En caso contrario y como última opción, queda instar a la vía judicial.

Financiación de la reforma

Los bancos ofrecen productos específicos para financiar este tipo de gastos, con préstamos que oscilan entre los 10.000 y los 60.000 euros. El plazo de amortización se puede ampliar hasta diez años, lo que permite pagar las cuotas de una manera cómoda y flexible adaptándose a las necesidades del usuario.

El tipo de interés que se aplica depende de la entidad elegida, aunque suele oscilar entre el 7% y el 9%. También se debe tener en cuenta las comisiones de apertura y de amortización anticipada que exigen algunos bancos, ya que el importe final a devolver puede aumentar entre un 1% y un 2,50%.

Existen dos tipos de crédito que permiten financiar una obra en el hogar. En primer lugar, el préstamo reforma con garantía hipotecaria, cuya característica principal es la obligatoriedad de hipotecar la vivienda como garantía ante el temor de posibles impagos. La segunda opción es el crédito reforma ‘normal’ que no presenta la necesidad de poner en riesgo la casa, pero su tipo de interés es más alto que el que exige la garantía hipotecaria.

Aprovechar ventajas fiscales

Hasta este año, es posible beneficiarse se las deducciones por obras dirigidas a la mejora de la eficiencia energética de una vivienda a través de la declaración de la renta.

1. Deducción por obras que reduzcan la demanda de calefacción y refrigeración

  • Porcentaje de deducción: 20%
  • Límite máximo de deducción: 5.000 euros anuales por vivienda.
  • Requisitos:
    • Las obras deben reducir al menos un 7% la demanda de calefacción y refrigeración.
    • Se debe disponer de un certificado de eficiencia energética expedido por un técnico competente antes y después de las obras.
    • La reducción de la demanda debe ser acreditada mediante los certificados energéticos.

2. Deducción por obras que mejoren el consumo de energía primaria no renovable

  • Porcentaje de deducción: 40%
  • Límite máximo de deducción: 7.500 euros anuales por vivienda.
  • Requisitos:
    • Las obras deben reducir al menos un 30% el consumo de energía primaria no renovable.
    • Se debe disponer de un certificado de eficiencia energética expedido por un técnico competente antes y después de las obras.
    • La mejora del consumo debe ser acreditada mediante los certificados energéticos.

3. Deducción por obras de rehabilitación energética de edificios de uso predominantemente residencial

  • Porcentaje de deducción: 60%
  • Límite máximo de deducción: 15.000 euros anuales.
  • Requisitos:
    • Las obras deben mejorar la calificación energética del edificio para obtener una clase energética «A» o «B».
    • Se debe disponer de un certificado de eficiencia energética expedido por un técnico competente antes y después de las obras.
    • La mejora de la calificación energética debe ser acreditada mediante los certificados energéticos.
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