Son muchos los términos anglosajones de nuevo cuño que se imponen en el lenguaje universal de la actualidad financiera, y conviene saber qué significan, cuál puede ser su utilidad y quién puede beneficiarse de ella. Por ejemplo, el Crowdlending, un nuevo sistema que permite a todo tipo de empresas financiarse directamente por un grupo grande y diverso de personas sin tener que pedir el dinero en forma de crédito bajo las condiciones de la banca tradicional.
Es decir, la traslación del sistema crowdfunding, que permite acometer proyectos independientes con micromecenazgos colectivos, al tejido empresarial, para de este modo abrir una nueva vía de financiación que permita conseguir fondos a las empresas para impulsarse, implantarse, crecer o incluso para fundarse. Y es que la traducción es tan evidente como clarificadora: crowd=multitud, lending=prestar dinero.
En el modelo crowdlending las personas prestan pequeñas cantidades de dinero a una empresa a cambio de un retorno financiero estipulado en un contrato de préstamo. Pero nunca a cambio de intereses, sino dependiendo de unos beneficios u objetivos previstos.
Con este sistema articulado a través de internet las empresas tienen otra alternativa para conseguir la financiación de sus inversiones. Una opción que, además, le permitirá beneficiarse de ventajas como la diversificación de sus fuentes de crédito, o la notoriedad derivada de utilizar el crowdlending como fuente de financiación.
También la parte inversora resulta beneficiada en varios aspectos. Se trata de inversores particulares que con este sistema gozan de una mayor rentabilidad, son conocedores y deciden el uso que se le da a su dinero y a su vez generan impacto positivo con él.
En España lidera el desarrollo de este nuevo sector la plataforma Ecrowd!, basada en el modelo crowdlending y especializada en la financiación de proyectos de inversión. A través de ella contactan empresas e inversores de una manera rápida, transparente y simple, proporcionando financiación asequible a las empresas y una mayor rentabilidad a los inversores. Sin intermediarios ni bancos.
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