De todos son conocidos los peligros de las largas exposiciones de nuestra piel al sol, con o sin protección. Pero por lo general se relacionan únicamente con las dolorosas quemaduras que se producen por los excesos, y con los posibles problemas dermatológicos a largo plazo, que a menudo se asocian con cánceres de piel. No obstante, hay que tener en cuenta otras cuestiones, menos conocidas, pero no por ello menos preocupantes. Y es que hay bastantes medicamentos que, por decirlo de algún modo, son incompatibles con el sol, y debemos evitar exponernos si los estamos tomando. Veamos cuáles son algunos de estos fármacos, y que peligros entraña la combinación de ambas cosas.
Existen más de 300 fármacos que pueden producir fotosensibilidad, es decir, una reacción anormal en la piel que está mediada por la exposición solar. Y es que la combinación de rayos ultravioletas con determinados principios activos farmacológicos genera un efecto dañino sobre la piel que, en ocasiones, puede llegar a ser grave.
La fototoxicidad es la reacción más frecuente por la ingesta de medicamentos que reaccionen de forma anormal al contacto con el sol, y las consecuencias se parecen mucho a las quemaduras habituales, provocando vesículas o ampollas. Y no se trata de medicinas extrañas o especialmente fuertes, sino que muchas de ellas son habituales de nuestros botiquines. Hay antibióticos, antiinflamatorios, antihistamínicos, antihipertensivos y otros productos de uso común que no conviene tomarse si hay que exponerse al sol.
En caso de que esto ocurra, hay que dejar de tomar el medicamento y no exponerse al sol entre dos y siete días. Y no volver a combinar las dos cosas.
Los efectos fototóxicos serán más intensos, y más probables, cuanto más elevada sea la dosis del fármaco. Y es que en algunos casos, la reacción puede producirse al poco de exponerse al sol. No hacen falta muchas horas ni que sea un día especialmente soleado. Incluso los rayos ultravioleta de bronceado artificial pueden provocar la reacción cutánea.
Fotoalergia
Otra posible reacción de algunos fármacos al contacto con el sol, aunque no sea tan frecuente, es la fotoalergia, que se una reacción inmunológica, que puede manifestarse en forma de eccemas, erupciones o un incómodo prurito, que haría que se asemeje a una dermatitis atópica. En estos casos, puede no estar presente solo en las zonas del cuerpo expuestas al sol, lo cual despistará al afectado en cuanto a la procedencia del problema.
En estos casos, el problema lo padecen personas genéticamente predispuestas, de modo que el daño no depende ni de la dosis, ni del tiempo de exposición a la radiación. Simplemente la combinación de ambas cosas desencadena la fotoalergia.
Los mismos fármacos no afectan del mismo modo a todas las personas, pues las diferencias en el metabolismo o el grado de pigmentación de la piel son determinantes. Sin embargo, siempre es conveniente tomar precauciones. Además de leerse los posibles efectos secundarios, nunca está de más usar filtros de mayor protección solar, y repetir cada dos horas, usar ropa oscura, ponerse gafas solares y usar sombrero para largas exposiciones. Y si el medicamento está indicado para una vez al día, lo mejor es hacerlo por la noche. Aquí encontrarán un listado de fármacos fotosensibilizantes.
Y como siempre, ante la duda, acudan a un especialista médico. Nunca a internet.
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