La receta electrónica está implantada ya en todas las comunidades españolas. Madrid ha sido la última en adherirse al programa, y ahora todos los usuarios podrán comprar los medicamentos prescritos por su médico en cualquier farmacia española con independencia de la comunidad donde haya sido emitida la receta.
El funcionamiento es sencillo. El médico receta la medicación a través de un programa informático y entrega al paciente una hoja de tratamiento (con el nombre del medicamento, la dosis y la duración del tratamiento). En la Farmacia, sea cual sea la ubicación geográfica de la misma, mediante la tarjeta sanitaria pueden acceder no solo a la receta a través del ordenador, y venderle la medicación al usuario con las garantías médicas necesarias, sino que también podrán consultar su historial médico.
Las recetas son siempre confidenciales, y el sistema de receta electrónica garantiza la confidencialidad de los datos de los pacientes.
Para poder disfrutar del nuevo sistema es imprescindible llevar la tarjeta sanitaria y presentarla en la farmacia para recoger los medicamentos que te han recetado. La hoja de tratamiento no es obligatoria, pero también es recomendable llevarla por si surgiera alguna duda.
Caducidad
La receta electrónica no tiene una duración indefinida. Cuando el médico hace una receta, el usuario dispone de 10 días para recoger al menos un envase de la medicación en la farmacia. Una vez recogido el primer envase la receta no caduca hasta el final del tratamiento, sea cual fuere la duración de éste. Podrán recogerse en cualquier farmacia del territorio español.
Si la receta caducara antes de haber recogido el medicamento, el paciente deberá volver a su centro de salud o a su médico de cabecera para que le emita una nueva receta. Lo mismo ocurrirá si extraviamos el medicamento recogido. No podemos volver y pedir otro que duplique el tratamiento. Habrá que volver al médico, explicarlo y que sea él quien emita una nueva receta.
Una de las consecuencias de la puesta en marcha de este sistema global es la comodidad para los pacientes afectados de enfermedades crónicas o tratamientos de larga duración, ya que el médico puede recetar el tratamiento durante un año, evitando las visitas al centro de salud únicamente a por recetas. En la Farmacia le entregarán directamente al usuario los medicamentos a medida que se le vayan acabando.
Por otro lado, el hecho de que tanto los médicos como los farmacéuticos puedan consultar el historial médico del paciente en la red, favorece el cumplimiento del tratamiento y puede evitar problemas relacionados con la medicación (alergias, intolerancias, efectos secundarios…), ya que en todo momento disponen de información actualizada.
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