Tener el dinero bajo el colchón ya no se lleva. Entre otras muchas cosas porque es menos seguro que un banco, porque es más incómodo y porque el banco te ofrece opciones más rentables. Ventajas todas ellas que justifican que abramos una cuenta con nuestro dinero, aunque ello suponga siempre algún gasto adicional. Veamos cuáles son los tipos de cuenta bancaria más habituales.
Antes de exponer las cuentas más comunes que ofrecen las entidades bancarias hay que enumerar algunas de las razones evidentes para depositar nuestro dinero en los bancos. En primer lugar, ya lo avanzábamos en el primer párrafo, porque una oficina bancaria siempre es más segura que un domicilio privado; pero además porque el banco le permite realizar sus pagos sin desplazarse a ningún sitio, le ofrece intereses y posibilidades de inversión para incrementar sus ahorros, y cuando lo necesite le permitirá solicitar un crédito para alguna compra u inversión que inicialmente supere su capacidad económica.
También los cajeros automáticos y las tarjetas de crédito son ventajas y comodidades que nos ofrecen los bancos para manejar socialmente nuestro dinero.
Tipos de cuentas
¿Y cuáles son las cuentas más frecuentes entre los productos que ofrece un banco? Tres son las más habituales. Cuentas a la vista, lo cual significa que el titular de la cuenta puede retirar parte o la totalidad de su dinero en cualquier momento sin ninguna penalización. Las más típicas son las cuentas corrientes y las de ahorro.
Las cuentas a plazo son las que el dinero queda comprometido durante un plazo fijo, a cambio de un tipo de interés mayor que en las cuentas a la vista. El banco suele cobrar una penalización por retirar el dinero antes del tiempo contratado.
Y por último las cuentas remuneradas, que son aquellas que ofrecen un interés superior al habitual y permiten disponer del dinero en cualquier momento, pero pueden tener algunas restricciones como no permitir la domiciliación de nóminas, pago de recibos y otras operaciones por el estilo.
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