Los tiempos pandémicos que vivimos lo están cambiando todo, y el distanciamiento social que se ha impuesto exige soluciones que la tecnología está ofreciendo casi a diario al ciudadano. Por ejemplo el nuevo sistema de firma con la voz, que en breve podría llegar a reemplazar la rúbrica tradicional para formalizar un contrato o una factura.
Cualquier sistema que sirva para validar un contrato o documento y darle autenticidad, exige todas las garantías legales. Las mismas que una firma presencial. Y la firma a través de la voz, no solo ofrece dichas garantías, sino que permite al usuario formalizar los documentos o acuerdos con la voz en una simple llamada telefónica e identificándose con algo tan natural como es el habla.
Las tecnologías parecen no tener límite en este sentido, y no dejan de sorprender con nuevas soluciones, como el pago por sonrisa que ya explicamos hace un tiempo en esta misma página.
Cómo funciona La firma de voz
Cuando una persona está en un proceso de contratación telefónica llega un momento en que ya ha entendido el contrato y ha seleccionado las opciones. Entonces, en la llamada telefónica, el firmante da su consentimiento por voz a la contratación de un producto y/o servicio. Una vez que se produce esta autorización verbal, se le transfiere automáticamente al sistema de firma vocal.
El sistema de firma va guiando al usuario para recoger y/o comprobar toda la información requerida para llevar a cabo la firma (datos personales como nombre completo, DNI, fecha de nacimiento, etc.). Es un proceso sencillo, rápido e intuitivo que permite recopilar todos los datos necesarios.
Después, y al tiempo que recoge todos estos datos, el sistema registra los parámetros biométricos únicos de la voz del firmante y graba la conversación. Y toda la información se almacena en un documento PDF sin posibilidad de ser modificado. De este modo es posible constatar de forma pericial quién es el firmante del documento, reduciendo los ataques de fraude y haciendo posible perseguir jurídicamente al defraudador a través del rastro biométrico de su voz.
Una vez que acaba la llamada y finaliza con éxito el proceso de extracción de parámetros únicos de la voz del firmante, grabación y encriptación de la firma por voz, se envía por correo electrónico una copia del documento digital que incluye la firma vocal incrustada, al firmante y al emisor del contrato. De esta forma, las dos partes pueden escuchar la grabación y disponer del documento cuando deseen.
Para este tipo de operaciones hay ya en el mercado algunas aplicaciones pensadas tanto para PYMES como para particulares.
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