¿Qué utilidad económica tiene el índice Big Mac? Para cualquier neófito en economía utilizar hamburguesas para explicar un fenómeno económico podría considerarse un contenido digno del noticiero satírico El Mundo Today.
Por sorprendente que parezca esa idea se le ocurrió hace más de 30 años a unos periodistas de la revista financiera The Economist (considerada la Biblia de los economistas) y no solo no les abuchearon, sino que su idea ha terminado conformando un indicador de referencia en el mundo de la información económica periodística y académica.
La historia comenzó en 1986, cuando los redactores de The Economist se planteaban una manera amena de explicar la teoría económica denominada paridad de poder adquisitivo. El índice Big Mac (Big Mac Index, en inglés) sirve para comparar el nivel de vida de los diferentes países del planeta. Pero hacerlo no es fácil porque en cada sitio hay unas costumbres de gasto diferentes, una moneda distinta y unos hábitos de consumo que no se parecen unos a otros.
Estados Unidos, referencia del índice Big Mac
El método de Paridad de Poder Adquisitivo (PPP por sus siglas en inglés) consiste en conformar una canasta de bienes y servicios que pueda ser evaluada razonablemente en cualquier país, para luego comparar, con los valores normalizados al dólar y relativos al PBI per cápita, el precio de la misma entre los diferentes países.
Los redactores de The Economist se dieron cuenta que tenían un aliado de excepción para hacer esto de una forma amena y comprensible para todo el mundo. Ese aliado era la cadena de hamburguesas estadounidense McDonnald’s. Su hamburguesa estrella, el Big Mac, se venden en todo el planeta y sus componentes son casi iguales en todas sus tiendas. Pan, carne, lechuga, pepinillos… servían como cesta de bienes. Los precios, además, eran fácilmente normalizables a dólares.
Según explica The Economist: «El índice Big Mac es una medida relativamente uniforme ya que las hamburguesas se fabrican exactamente igual en todos los países y establecimientos con ingredientes y de personal trabajando bastante homogéneos.»
Para ponerlo en práctica tomaron como referencia el precio de un Big Mac en Estados Unidos. Cuando el precio de esta hamburguesa en otro país está por encima del precio de Estados Unidos, se dice que la moneda de ese país está apreciada respecto al dólar, es decir sobrevalorada. Si el precio es inferior se considera que la moneda está depreciada.
De ocurrencia a herramienta de cultura financiera
Dicho y hecho. Desde entonces, The Economist analiza todos los años el precio de los Big Mac en cada uno de los restaurantes que McDonnalds tiene en todo el planeta. Estos datos permiten comparar cuánto se paga por lo mismo (o casi lo mismo) en los diferentes países del mundo. No es la única iniciativa de índices curiosos que miden la economía, como ya hemos ilustrado en Domestica tu Economía.
Lo que comenzó siendo una atractiva ocurrencia periodística para presentar un concepto económico tomó vida propia. Con el paso de los años, se ha convertido en una herramienta de referencia para el mundo académico. Según explica The Economist en su web «El índice Big Mac se ha convertido en un estándar global, incluido en varios libros de texto económicos y objeto de al menos 20 estudios académicos.»
Críticas
Como no podía ser de otro modo, la idea de utilizar el Big Mac como medida de la riqueza mundial tiene sus detractores. Unos critican la mera elección. La hamburguesa es un producto occidental que por muy extendido que esté por todo el planeta no tiene la misma aceptación en países orientales. The Economist, reconoce las limitaciones de su índice, pero también recuerda que es una buena forma para divulgar un complicado concepto económico.
El último Big Mac Index se publicó en enero de 2017 y el ranking es:
