Si piensas pasar las vacaciones veraniegas fuera de la zona euro tendrás que cambiar tu moneda en la divisa del país que visites. Veamos algunas de las opciones más recomendables, pues las hay que pueden salirte muy caras.
Cambiar el dinero en tu banco habitual es sin duda la opción más cómoda e inmediata. Sobre todo si la divisa deseada es una moneda común como el dólar o las libras esterlinas. El cambio de divisa será rápido y seguro, aunque caro. Los bancos aplican tipos bastante altos y, a menudo, cargan alguna comisión a la operación. Por ello no es la vía más recomendable. Y menos aún si el dinero que necesitamos es poco común. La divisa de algún país asiático o sudamericano, por ejemplo. Tardarán mucho en conseguirlas y te cobrarán el esfuerzo.
Ahora bien, también podemos optar por hacer el cambio en un banco del país de destino. Suelen ser igualmente fiables y por lo general más baratos, pues ya disponen de su moneda y siempre aceptarán tus euros.
Las oficinas de cambio son seguras, pero tienen libertad de precios, por lo que convendrá siempre mirar el tipo que aplican y buscar la que más nos interese. Las de los aeropuertos no suelen ser las más baratas, de modo que si por comodidad cambiamos moneda nada más tocar tierra en destino, que no sean grandes cantidades. Ya tendrán tiempo de encontrar otras oficinas y comparar precios. Las hay a montones. Para hacerte una idea y poder comprarar, antes de salir de casa comprueba cuál es el tipo de cambio oficial del momento. La web XE.com o infobolsa son de las más fiables en este sentido. Eso sí, un consejo: cuenta siempre el dinero que te entregan delante del oficinista que te ha dado el cambio. Si abandonas el mostrador ya no te permitirán reclamar si hay algún error en el cálculo.
Cajeros automáticos
Siempre es recomendable viajar con una tarjeta Mastercard o Visa en el bolsillo. Para usarla o por seguridad. Y siempre y cuando se viaje a zonas urbanas donde podamos encontrar cajeros. La mayoría de cajeros automáticos del mundo aceptan las tarjetas de estas dos financieras multinacionales.
Normalmente, la compañía de la tarjeta te aplicará una tasa de cambio razonable y tu banco una comisión por utilizar la tarjeta en el extranjero (que suele ser más alta que la aplicada cuando la utilizas en cajeros nacionales que no sean de tu red). Además, el banco local propietario del cajero automático que estás utilizando te suele cobrar una tasa de servicio. Por eso es importante informarse de las condiciones antes de viajar, y calcular si nos compensa ser previsores o ir sacando de cajeros sobre la marcha.
Si tu itinerario lo permite, porque transitas lugares urbanos, una de las mejores opciones es ir pagando directamente con la tarjeta de crédito, pues no suele suponer comisión alguna y solo se aplicará la tasa de cambio que ofrezca tu banco.
Y por último un consejo fundamental: el mercado negro no es una opción. Pueden engañarte, pueden directamente robarte y las autoridades pueden multarte.
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