La gran mayoría de nosotros tenemos una o más cuentas bancarias, y de vez en cuando las consultamos para comprobar nuestros movimientos o el saldo del que disponemos. Lo habitual es solicitar un extracto de nuestra cuenta, o que el banco nos lo envíe periódicamente a nuestro domicilio. Veamos cómo interpretar la información que aparece en esos extractos de las cuentas bancarias.
En primer lugar aparece el CCC, que significa Código Cuenta Cliente. Es un conjunto de 20 dígitos numéricos que corresponden a los siguientes datos:
– Entidad: Los primeros cuatro dígitos, que identifican al banco o caja.
– Oficina: Los cuatro dígitos que indican el código de la oficina concreta donde mantiene la cuenta el cliente.
– DC: Son los dos dígitos de control.
– Número de cuenta: Lo forman los 10 últimos dígitos del CCC.
En el extracto también aparece el Saldo inicial. Es el saldo previo a las operaciones que se le detallan, que coincide con el saldo final del extracto anterior de nuestra cuenta bancaria.
Cada movimiento indicará la fecha en que fue realizado. La fecha en la que el banco anota el movimiento en su cuenta. No siempre coincide con la fecha valor, que es aquella a partir de la cual los abonos empiezan a generar intereses y los cargos dejan de hacerlo. Y junto a dicho movimiento deberá aparecer el concepto de la operación. Estas pueden ser muy diversas, como por ejemplo: retiradas de dinero, ingresos de nóminas, comisiones cobradas, recibos domiciliados, pago mensual de la tarjeta de crédito, intereses pagados, etc.
El importe de las operaciones
También aparecen en el extracto los importes de cada operación registrada. Algunas entidades presentan los cargos y los abonos en columnas separadas, pero otras reflejan todos los movimientos en una sola columna diferenciándolos con su signo (positivo si es dinero que se ingresa en la cuenta del cliente o negativo si es un cobro que se le repercute al mismo).
Y para acabar, el saldo final. Es el resultado de sumar al saldo inicial los abonos del período y restar los cargos. Normalmente el saldo final es el saldo disponible, pero este puede ser menor porque se haya retenido una parte del saldo para atender a una orden de pago que aún no ha sido liquidada. En tal caso, puede consultarse a su oficina bancaria y solicitar la información al respecto.
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