Los PCR son los más comunes, pero desde el inicio de la pandemia se ha hablado, e incluso se han aplicado, unos cuantos tipos de test analíticos para detectar contagios de COVID-19. Pues bien, parece ser que hay una nueva posibilidad, y que sus porcentajes de eficacia pueden superar a los análisis clínicos. Se trata de perros adiestrados para detectar el coronavirus.
Medidas de prevención aparte, aunque hace solo unos meses que se inició en España la experiencia de adiestrar a perros para que detecten el COVID en las personas contagiadas, lo cierto es que en otros países como Chile o Francia ya se trabaja con unidades caninas desde hace tiempo. Pero ha sido en Finlandia donde se ha empezado a implantar esta medida. Concretamente en el aeropuerto de Helsinki, donde la bienvenida a los visitantes que aterrizan se la da una brigada de canes capaces de detectar el coronavirus con casi un 100% de aciertos.
Ahora se está intentando llevar a cabo la misma iniciativa en España. En Cataluña, concretamente. Se trata del proyecto “K-anary”, que se halla en fase de adiestramiento de los animales, y espera tener en breve hasta 400 perros perfectamente preparados para detectar el virus en las personas.
Lo difícil es adiestrar a los animales para que detecten y señalen los casos infecciosos, pero el método no puede ser más sencillo. La herramienta es únicamente el olfato. Un sentido que los perros tienen desarrollado enormemente más que los humanos – y que otras muchas especies animales-, y que les permiten incluso detectar los casos de infección en los asintomáticos. Además de la eficacia, los perros son inmediatos en cuanto a la detección, y más baratos que cualquier otro sistema. Podrían llegar a detectar el virus hasta en unos 200 individuos por hora, aseguran los responsables del proyecto en España.
El olor del virus
Pero, ¿a qué huele el coronavirus? Pues no huele a nada. No es el olor del virus lo que detecta el animal, sino los olores de nuestro cuerpo que se generan cuando es invadido por el agente vírico. Es decir, el sudor no contagia, no transmite el COVID, pero sí es alterado por éste. Si estamos contagiados, aunque el virus no tiene olor alguno, hace que nuestro cuerpo reaccione y provoque unos olores peculiares –probablemente imperceptibles para nosotros-, que quedan impregnados en el sudor, la orina y hasta la saliva.
El proyecto aún está en fase de pruebas, pero muy adelantado, y pendiente de ciertos permisos burocráticos y sanitarios para poder llevar a cabo las experiencias definitivas que certifiquen la eficacia del método.
Los perros no son de ninguna raza específica. Los ejemplares utilizados para las primeras pruebas han sido seleccionados entre los abandonados en protectorados. Las únicas características para que resulten válidos para el proyecto es que sean jóvenes entre 2 y 4 años, y que demuestren ser ejemplares físicamente activos y curiosos.
Leave a Reply