Las mariposas podrían ser el futuro para combatir la falsificación
Y no nos referimos a un sistema creado inspirándose en las mariposas, sino aplicando a los productos que quieren protegerse las escamas auténticas que estos animales tienen en sus alas. Es lo que llaman tecnología Teslagram, desarrollada por investigadores del Instituto de Física de Belgrado utilizando las microestructuras biológicas que recubren a estos insectos.
Irreproducibles
En una mariposa hay entre 100.000 y 200.000 escamas, y una sola de éstas sería suficiente para proteger un objeto, si se consigue adherir a él en un lugar seguro y localizado. Las escamas son tan pequeñas (unos cien micrómetros de largo, unos 30 de ancho y unos dos de alto) que es imposible copiarlas. Son estructuras 3D. Como diminutos hologramas tridimensionales únicos e imposibles de reproducir, y por tanto prueba inequívoca de autenticidad. Cada una de estas escamas es como una huella dactilar.
Estas diminutas escamas se quitarían de las alas de las mariposas después de su muerte natural de forma que quedasen enteras para ser aplicadas en lo que se desea proteger. Y esos objetos podrían ser desde llaves electrónicas u obras de arte a tarjetas de crédito o papel moneda. Incluso medicamentos, según auguran los creadores de Teslagram. Un nombre, por cierto, escogido para homenajear al gran científico estadounidense de origen serbio Nikola Tesla.
El lector de Teslagram que reconoce el objeto protegido por la escama también ha sido desarrollado por ese grupo de investigadores, que han registrado la patente y la marca. El instituto espera que en menos de un año pueda empezar a aplicarse esta tecnología en productos comerciales en materia de seguridad antifalsificación. Su aplicación al dinero, sin embargo, es más compleja debido a la gran cantidad de unidades que deberían protegerse. Es un reto a largo plazo, que sin duda pasaría por combinarse con otros sistemas ya existentes.