El ocio no es vicio sino necesidad. Es vital saber desconectar de las preocupaciones y nuestras obligaciones, ya sean personales o laborales. Lo que ocurre es que a veces nuestro presupuesto no da para hacer grandes planes. Aunque eso no debe desanimarnos. Aquí os ofrecemos toda una serie de ideas para el entretenimiento gratuito. El ocio gratis es posible.
Antes de pasar a exponeros diferentes opciones, os proponemos una reflexión. Sobre todo a aquellos que os guste viajar. ¿Por qué cuando visitamos un pueblo, una ciudad o un país extranjero disfrutamos de callejear y descubrir rincones pintorescos o históricos y no lo hacemos en los nuestros? Pasear es gratis y una experiencia tan entretenida como enriquecedora. ¿Cuánto hace que no visitas la zona antigua de tu ciudad? ¿O algún pueblo de las inmediaciones?
Si buscas en un plano urbano descubrirás que en tu ciudad hay más parques o plazas de los que recordabas (o conocías), y algunos de ellos serán para ti todo un descubrimiento a escasa distancia de tu casa. Una tarde al aire libre, rodeado de árboles, tal vez a la orilla de un lago, y con bancos para disfrutar del fresco o del solecito, es una actividad tan agradable como saludable. Y no cuesta un céntimo.
Además nos da la opción de recuperar una costumbre casi extinta en nuestra sociedad actual. El almuerzo o la merienda al aire libre, sentados en la yerba (si no está prohibido pisarla, pues eso puede salirnos caro) o en un banco. Con o sin mantel de cuadros coloraos, pero con bocatas y bebida traída de casa a coste cero. Un planazo que, si os lo montáis bien, además de barato puede resultar de lo más romántico.
Y siguiendo con el paseo, en este país no hay ciudad ni pueblo que no tenga iglesias en su catastro. La mayoría de ellas con campanarios que ofrecen esa vista de pájaro tan hermosa como sorprendente, que nos brinda una perspectiva desconocida de nuestra población. A pie de calle nos perdemos muchísimos detalles que nos impresionarán desde lo más alto. Y encima, sin pagar cuotas mensuales, nos pondremos en forma, porque no hay ascensores en la casa del Señor.
Y aún otra posibilidad, si nos gustan las panorámicas urbanas y paisajísticas. Muchas ciudades o pueblos están a los pies de una colina o en un valle. Eran éstos los emplazamientos buscados antiguamente para instalarse y formar poblaciones estables. Lo cual significa que no muy lejos existen puntos elevados desde donde poder contemplar vistas globales y casi aéreas de la ciudad. Una perspectiva aún más diferente y bella cuando cae el sol y se ilumina la ciudad.
Por lo general en las ciudades y en los pueblos, en su plazas y parques, suele haber esculturas de mayor o menor valor artístico, pero que también pueden resultar interesantes para quienes disfrutan del arte urbano. Aunque sin duda son las iglesias aquellos lugares que atesoran más joyas artísticas al alcance de quienes quieran visitarlas (la limosna de la entrada, desde luego, es opcional). Arte sacro, lógicamente, pero de gran valor artístico e histórico, pues en las iglesias, capillas, ermitas y otros lugares pertenecientes a la iglesia cuentan con los tesoros artísticos que se acumularon durante siglos de mecenazgo en toda Europa. Algunas sacristías o museos diocesanos son de pago, pero no es habitual que se cobre por entrar en ninguna iglesia, a no ser que esté considerada como un monumento nacional. En tal caso habrá que aprovechar los horarios de misa. Esto es habitual en muchas catedrales, o en algunas de sus dependencias.
Otra opción es visitar las galerías de arte, que en su gran mayoría están abiertas en horarios laborales normales y son del todo gratuitas. De hecho, si se busca alguna guía actualizada de actividades, podemos intentar coincidir con las inauguraciones de nuevas exposiciones, y además de admirar las propuestas de cada galería podremos disfrutar el piscolabis que suele ofrecerse a los visitantes. Arte y merienda, qué más se puede pedir.
Y si son museos lo que nos apetece visitar, para que el coste sea cero habrá que esperar a las jornadas de puertas abiertas (los puntos de información cultural de cada ciudad disponen de los calendarios), a no ser que seamos estudiantes o pensionistas o tengamos el carnet joven, que en muchas localidades ofrece el acceso libre a sus usuarios.
Y para quienes relacionan el ocio con el deporte, la opción es clara. Al aire libre el deporte siempre es gratuito si uno se lo monta por su cuenta. El footing, el ciclismo, el senderismo y hasta la natación, si alguien prefiere el mar a la piscina, son saludables actividades del todo gratuitas.