¿De dónde vienen las palabras? Averiguarlo supone a veces un viaje apasionante en la Historia o un paseo por curiosidades insospechadas, siempre significativas y a veces con sorprendentes significados. En cualquier caso, nunca está demás saber por qué decimos lo que decimos; en este caso, cuando hablamos de economía. Iniciamos aquí una serie dedicada a la etimología financiera, que pretende ser tan didáctica como entretenida.
Financiero
La palabra financiero está compuesta del verbo financiar y el sufijo -ero, que indica pertenencia. Hete ahí el quid de la cuestión etimológica. El verbo financiar, por su parte, viene del francés financer (sufragar una deuda); y a su vez la palabra francesa viene del latín finis (fin), que aporta la idea de poner fin a la deuda. La combinación de todo ello dota de sentido el término que encabeza la serie que hoy inauguramos.
Economía
Vendría a ser el ámbito conceptual en el que transitan los financieros y donde se desarrollan las finanzas. Los griegos llamaban “oikos” a la casa, incluyendo todo su contenido y a su administrador “nemó”. Así se creó “okomos”, que designa “administración de la casa”, y éste es el precedente etimológico de lo que llegaría a ser el término “economía”.
Banco y bancarrota
No es difícil imaginar que ambos términos tienen mucho que ver, y que para discernir la etimología de la bancarrota hay que dilucidar antes de donde procede la palabra banco o banca. Y concretamente datan de finales de la Edad Media, cuando de la mano de la burguesía aparecieron lugares donde la emergente clase empresarial hacía sus transacciones financieras. Prestaban dinero a cambio de un interés a quienes necesitaban efectivo para comprar mercancías. Y así nacieron los bancos, que reciben su nombre de aquellos largos asientos públicos de madera (bancas en italiano, ya que Florencia y Venecia fueron algunas de las primeras ciudades europeas donde se llevaron a cabo este tipo de actividades financieras) donde los usureros se lucraban haciendo sus préstamos.
Ni que decir tiene que, al igual que ocurre hoy, muchos financieros erraban en sus cálculos y acababan por quebrar, lo cual llevó a la lógica derivación de la palabra “bancarrota”.
Cheque
La palabra cheque viene del inglés Check, que a su vez procede del francés eschec, que significa “jaque”. Un término que muy significativamente se utiliza en el juego del ajedrez cuando un adversario amenaza la figura del rey. Y es que los primeros cheques bancarios eran utilizados para prevenir fraudes, ya que el banco tenía la firma del cliente y, a la entrega de uno de los documentos al cobro, se comparaba minuciosamente antes de hacer efectiva la cantidad solicitada. De ahí el verbo chequear.
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