El precio de la luz y el plan español para abaratarlo

El precio de la luz es un enigma irresoluble para el común de los consumidores. Un laberinto de datos, porcentajes y factores que hacen casi imposible desentrañar los porqués de la factura mensual que pagamos por la electricidad en nuestros hogares. Se basa en un complejo sistema de subastas de la demanda energética, en el cual el mercado mayorista adopta el precio que marca la última de las tecnologías en acceder, y como éstas entran por orden de coste, el precio asumido será siempre el de la más cara. Una fórmula difícil de entender, y más aún de asumir, por el bolsillo del consumidor.

La factura eléctrica que paga el consumidor es el resultado de la suma de tres factores: la energía contratada y la consumida por el cliente, que supone aproximadamente el 35% del recibo final, y depende de la mencionada subasta; los costes regulados, que se conocen como peajes (40%),  y los impuestos, tales como el IVA y el impuesto especial a la electricidad, que suman el 25% restante de la factura.

Cabe señalar que los peajes son cargos a la factura del contribuyente destinados a cubrir los costes asociados a las redes de transporte y distribución, así como políticas medioambientales, sociales y económicas. Y es en estos peajes y en los diferentes impuestos que gravan la electricidad donde puede intervenir y ha intervenido el Gobierno para intentar paliar los efectos de la desorbitada subida del precio de la luz en los últimos meses.

Propuesta española para abaratar el precio de la luz

No obstante, ante el actual y nada halagüeño panorama sociopolítico internacional, que augura un nuevo periodo de inestabilidad económica, el Gobierno español propuso a Europa un cambio de sistema en la fijación de precios de la luz para que la energía más cara no sea la que marque el coste del resto de fuentes. Un plan que inicialmente fue rechazado por Europa, pero que dadas las actuales circunstancias y el incesante crecimiento en los costes de la electricidad, parece ser que finalmente será valorado en busca de medidas drásticas que estabilicen el mercado.

La propuesta española es la de crear un mercado paralelo donde el precio de la electricidad se obtendría como un precio medio con referencia al coste de las tecnologías limpias inframarginales, que son principalmente las renovables.  De este modo, según el documento presentado por el Ministerio para la Transición Ecológica español, el precio de la electricidad estaría directamente vinculado a los mix de producción nacional, protegiendo a los consumidores de volatilidades excesivas y permitiéndoles participar en los beneficios que proporciona un mix de generación más barato (entiéndase por “mix” energético a la combinación de las diferentes fuentes de energía que cubren el suministro eléctrico de un país).

Pese a que el escenario ha cambiado considerablemente en los últimos meses, sobre todo a causa de la Guerra de Ucrania, y esto ha provocado un cambio de perspectiva en el análisis de la situación económica europea, que le otorga una segunda oportunidad a la propuesta de España, desde la Unión Europea siguen albergando dudas, pues no está claro, aseguran desde la Comisión energética, que esta alternativa auspiciada por el gobierno español sea mejor que la actual.

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