Los entornos profesionales han sido históricamente una profusa fuente de inspiración para la ficción fílmica y televisiva, que suele usarlos como contextos para desarrollar argumentos de lo más variados, que irán alejándose de las cotidianas y rutinarias realidades laborales para fomentar el espectáculo, siempre fieles al show business y su irrenunciable premisa del más difícil todavía. Y a partir de ahí, cualquier parecido con el día a día real de un escenario laboral suele ser coincidencia. Algo que, en cambio, no ocurre con The Bear, que tiene y mantiene su epicentro dramático en el caos cotidiano de una cocina, convirtiéndola así en una serie diferente, destacable e imprescindible. Y seguramente en la serie preferida de Alberto Chicote.
The Bear resulta atípica por cuanto el humor y las emociones, las relaciones entre los personajes, sus motivaciones y los conflictos sociales del hostil entorno en el que se enmarca, son solo aditivos de un inusual tronco argumental, que pone el foco en el negocio por delante de las personas que lo impulsan. La burocracia fiscal, las inspecciones laborales, las vicisitudes del mercado, las diferencias entre socios o las discusiones con el personal son los problemas con los que debe lidiar un chef/empresario para sacar adelante su proyecto. Ingredientes de una comedia dramática ruidosa y estresante, estridente y caótica, que incluso renuncia a atar cabos en su desenlace en lo relacionado con los personajes, y se conforma con sugerir un halagüeño futuro para el restaurante, el verdadero protagonista de la función. Aunque los Globos de Oro se han encargado de recordarnos que el protagonista principal, Jeremy Allen White, muy conocido por la irreverente y descarada Shameless, no es mero atrezzo humano otorgándole el premio al mejor actor de serie cómica.
La serie cuenta con una única temporada de 8 episodios y puede verse en Disney +.
Leave a Reply