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VPN: un escudo contra el espionaje industrial y la vigilancia indebida

En la era digital, empresas y ciudadanos enfrentan riesgos crecientes de espionaje industrial por parte de competidores y de vigilancia por parte de Estados. Las Redes Privadas Virtuales (VPN, en sus siglas en inglés) surgen como una herramienta clave para proteger comunicaciones y datos sensibles. Vamos a enfocar la polémica de estas redes centrándonos en lo relativo a la seguridad de profesionales, autónomos y micropymes, sin entrar más que citando lo básico sobre otras controversias que no son el objeto del presente artículo.

¿Qué es una VPN y cómo funciona?

Una Red Privada Virtual es un servicio de conexión segura que crea una especie de túnel cifrado entre el dispositivo del usuario (cliente) y un servidor remoto. Toda la información que viaja por este túnel va encriptada, de modo que resulta ilegible para terceros no autorizados. En otras palabras, cifra el tráfico de Internet y disfraza la identidad en línea del usuario, dificultando que alguien siga sus actividades o robe sus datos.

Solo el dispositivo y el servidor VPN poseen las claves para cifrar y descifrar la información, lo que garantiza la confidencialidad e integridad de los datos transmitidos.

Cuando navegamos a través de una VPN, nuestro tráfico se redirige por ese servidor remoto. Así, los sitios web verán la dirección IP del servidor VPN (y no la nuestra) y nuestro proveedor de Internet o intrusos en la red no podrán ver qué páginas visitamos ni qué datos enviamos. En resumen, la Red Privada Virtual actúa como filtro y escudo: convierte nuestros datos en texto incomprensible, inútil para cualquier espía que lograse interceptarlos.

Protección de comunicaciones y datos empresariales

En el entorno empresarial, estas redes se han vuelto imprescindibles para proteger comunicaciones y datos sensibles. Por ejemplo, en el teletrabajo o al conectar oficinas remotas, una Red Privada Virtual asegura una conexión privada y cifrada entre el empleado y la red corporativa. De este modo, la información confidencial (contratos, proyectos, patentes, etc.) viaja protegida: nadie podrá espiarla ni alterarla durante el tránsito. Esta capa de cifrado robusto garantiza que incluso si los datos son interceptados en una red pública (como el Wi-Fi de un aeropuerto o cafetería), resulten ilegibles para el intruso.

Las ventajas son claras: verifica la identidad de los usuarios autorizados, mantiene la integridad de los datos (asegurando que no se modifiquen en el camino) y preserva la confidencialidad mediante técnicas de cifrado avanzado.

En España, organismos como INCIBE recomiendan su uso para garantizar que “tus comunicaciones están protegidas y nadie podrá espiarlas al viajar toda la información cifrada por la Red”. Gracias a ello, las empresas pueden operar con mayor tranquilidad, minimizando la exposición de secretos comerciales o estrategias internas cuando usan Internet.

Riesgos de espionaje industrial y cómo la VPN ayuda

El espionaje industrial consiste en la obtención ilícita de información confidencial o secretos empresariales por parte de competidores u otros actores privados. Estos secretos pueden incluir desde fórmulas de producto hasta listas de clientes o planes de negocio. En España, esta práctica está penada por ley: la Ley 1/2019 de Secretos Empresariales y los artículos 278-280 del Código Penal protegen los secretos industriales, permitiendo querellas por espionaje industrial y castigando su revelación indebida.

A pesar de ello es un delito frecuente. De hecho, muchos casos involucran a empleados desleales que filtran información a la competencia. Aunque las condenas han sido pocas, en los últimos años estas prácticas han crecido considerablemente, lo que evidencia la necesidad de extremar la protección.

Una Virtual Private Network contribuye a mitigar este riesgo al blindar las comunicaciones empresariales. Si una empresa envía documentos sensibles a través de una red corporativa con VPN, un espía industrial no podrá interceptarlos fácilmente, ya que viajarán cifrados.

Vigilancia estatal excesiva: privacidad vs. seguridad

No solo las empresas espían; también los Estados pueden vulnerar los derechos que protegen a ciudadanos y organizaciones. En democracia existen controles legales no exentas en todo caso de polémicas por intromisiones no legítimas en la privacidad. Un ejemplo reciente en la UE es la propuesta conocida como “Chatcontrol”, un proyecto de reglamento europeo fue muy criticada por considerarse una forma de vigilancia masiva en tiempo real, indiscriminada y contraria al secreto de las comunicaciones, y, de hecho, en 2024 varios países de la UE bloquearon la iniciativa.

Limitaciones y consideraciones al usar una VPN

Muchos ciudadanos en el mundo utilizan esta red para esquivar la inspección del tráfico y proteger su privacidad en línea. Ahora bien, es importante entender que esta red no ofrece un blindaje total.

Aunque son herramientas potentes, no son infalibles ni sustituyen una estrategia integral de ciberseguridad. Es fundamental elegir un proveedor de VPN confiable. Aspectos como la seguridad, la velocidad e incluso la privacidad dependerán del nivel que ese proveedor haya implementado. En otras palabras, estamos depositando confianza en que el Virtual Private Network maneje bien nuestros datos; por ello se aconseja revisar sus políticas (¿registran logs de nuestras actividades?, ¿en qué país operan y bajo qué leyes?) y, en entornos empresariales, incluso firmar acuerdos de nivel de servicio y confidencialidad con el proveedor.

Así, evita las VPN gratuitas o dudosas, ya que suelen emplear protocolos de seguridad débiles y pueden incluso contener publicidad invasiva o vender datos de los usuarios; es mejor optar por servicios de reputación sólida, aunque sean de pago, para asegurar mejor rendimiento y protección.

Otro punto a considerar es la legislación local. En España y la UE, el uso de VPN es legal y común para proteger la privacidad, pero esto no significa inmunidad absoluta: las autoridades pueden investigar delitos incluso si el perpetrador usa la red privada, solicitando información por otras vías. Además, algunas jurisdicciones fuera de Europa restringen o controlan el uso de VPN por motivos políticos, algo a tener en cuenta si se viaja o hace negocio internacional.

Por último, la Red Privada Virtual debe complementarse con otras medidas de ciberseguridad. Es imprescindible mantener los dispositivos libres de malware (antivirus actualizado), usar contraseñas robustas y autenticación de doble factor, y cifrar también los datos almacenados. Una VPN cifra los datos en tránsito, pero la información alojada en nuestros servidores o equipos requiere sus propias protecciones.

Formación ANEI

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