Todos debemos tributar. Lo que comúnmente se conoce como pagar impuestos. Pero esta definición no es precisa, pues los impuestos son sólo una de las modalidades tributarias. Es decir, todo son tributos (prestaciones patrimoniales obligatorias que se deben hacer a las arcas del Estado), pero hay de tres tipos de ingresos públicos: impuestos, contribuciones y tasas. Veamos sus diferencias.
El Estado financia el gasto público y otros fines de interés general a través de los recursos que exige a las economías privadas utilizando su potestad tributaria. Y lo hace de diferentes maneras. Así como lo hace un banco con el gasto del sector privado, por ejemplo ? Cetelem.
Impuestos
Los impuestos son las cantidades económicas (se pagan en dinero) que ingresa el Estado por ley y en función de la renta, el consumo y el patrimonio del contribuyente, sin proporcionarle contraprestación directa alguna en el momento del pago. Es simplemente una obligación tributaria. La declaración de la Renta es el procedimiento para el pago de impuestos de los ciudadanos, pero el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido) sería otro ejemplo de este tipo de tributos.
Contribuciones
Son tributos cuya obligación se deriva de la obtención de beneficios especiales individualizados derivados de las inversiones del Estado en obras públicas, prestaciones sociales, salud y otras actividades. Con estas acciones públicas se produce un aumento de valor de la propiedad del contribuyente, y es a cambio de ello que el Estado exige el pago de la contribución. Un ejemplo de contribución sería el Impuesto de Bienes Inmiebles (IBI).
Tasas
La Tasa es un tributo que se caracteriza porque la actividad asumida por el Estado y que genera la obligación tributaria del contribuyente afecta o beneficia especialmente a determinado sujetos.
En este caso, la cuantía de la tasa no depende de la renta del afectado, sino que se relaciona con el costo del servicio o con la valoración del beneficio que se obtiene por la cesión del aprovechamiento especial del patrimonio o las inversiones públicas. Es decir, depende de la prestación de servicios por parte del Estado o las instituciones públicas y del provecho individualizado del ciudadano. Las tasas de Incineración de residuos, por ejemplo.
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