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¿Cómo se lee el etiquetado de los alimentos? ¿Qué información debe incluir?

Como consumidores tenemos derecho a saber exactamente qué es lo que compramos, y para eso la ley exige que todos los alimentos, se vendan envasados o a granel, vayan provistos de cierta información en su etiquetado que nos permita conocer la procedencia, la elaboración, la caducidad y algunas otras precisiones que afectan a la calidad y la frescura de los productos.

Si se trata de alimentos envasados, la información obligatoria deberá figurar en el envase o en una etiqueta sujeta al mismo. En cambio, en los alimentos no envasados, el profesional de venta puede facilitar la información alimentaria al consumidor final o exhibir un letrero informativo de forma visible donde conste determinada información que variará según la tipología de producto: carne, pescado, fruta, verdura, huevos, etc. Por ello siempre es más recomendable comprar en comercios de confianza.

En cualquiera de los dos casos, dedicar unos minutos de manera habitual a leer el etiquetado o hablar con el profesional acerca del producto nos permitirá seleccionar mejor los alimentos que consumimos. Ser exigente con la comida es ser exigente con la salud.

Entender el etiquetado

Hay que saber buscar en el etiquetado la información que nos interesa o preocupa. La comida es el principal gasto de las familias españolas, de modo que no hay que conformarse con cualquier cosa.

Ingredientes. Se ordenan de mayor a menor peso excepto mezcla de frutas y hortalizas. Si en la denominación, el fabricante destaca algún ingrediente (ejem: sopa de tomate, yogur de fresa) debe indicar la cantidad en porcentaje sobre el total del peso.

Cantidad neta. Es la cantidad de alimento, en volumen (l, cl, ml) o en peso (kg, g) que contiene el producto sin envase.

Información sobre alérgenos. Hay 14 ingredientes alimentarios como la leche, los huevos, el trigo o el pescado, que se tienen que indicar obligatoriamente en la lista de ingredientes a causa de su capacidad alergénica.

Fecha de caducidad y fecha de consumo preferente. La fecha de caducidad indica el momento hasta el cual el alimento puede  consumirse de forma segura, mientras el consumo preferente, marca el momento hasta el cual el alimento conserva la calidad prevista. Es decir, que puede consumirse rebasada esa fecha, pero tal vez el producto haya perdido ya alguna de sus cualidades, sin que por ello esté en mal estado.

Grado alcohólico. Contenido en alcohol expresado en volumen. Es obligatorio en bebidas con graduación superior al 1,2%.

Condiciones de conservación y/o utilización. Una vez abierto un envase es importante seguir las instrucciones de conservación y consumo. Por ejemplo, «una vez abierto el envase, consumir en tres días»; o “una vez abierto mantener siempre en frío”.

Origen. Es obligatorio para determinadas categorías de productos, como la carne, las frutas y las hortalizas. También es obligatorio cuando el nombre de la marca u otros elementos del etiquetado (como una imagen, una bandera o una referencia a un lugar) puedan inducir a error al consumidor respecto al verdadero origen del producto.

Distribuido por / fabricado por. En las etiquetas debe constar  el nombre o la razón social y la dirección del fabricante, envasador o vendedor establecido en la Unión Europea.

Organismos modificados genéticamente (OMG). Es obligatorio indicarlo en el etiquetado de aquellos productos cuyo contenido en OMG supere el 0,9%. Todas las sustancias cuyo origen sea un OMG deben mencionarlo en la lista de ingredientes con las palabras “modificado genéticamente”.

Nº de lote / Lote de fabricación. Esta información es de carácter más técnico y no suele afectar al consumidor. Permite seguir la trazabilidad del producto desde su origen hasta los lugares de venta.

Valor nutritivo. Indica el valor energético y los nutrientes de un producto alimenticio (proteínas, grasa, fibra, sodio, vitaminas y minerales, etc.).

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