La gamificación es una de las actividades más recientes que han aparecido en el mundo de las relaciones empresa/cliente y de la promoción de sus actividades, servicios o productos.
El concepto es una adaptación al español del game en inglés: juego. Hace referencia a la inclusión de entretenimiento tanto para el aprendizaje interno de los empleados y sus directivos, como para seducir a los potenciales clientes. Es, por tanto, un híbrido de técnica de aprendizaje y marketing.
Aprender jugando no es una fórmula nueva en el mundo educativo entre los chavales, pero sus mecánicas se trasladan del ámbito educativo-profesional para replicarse adaptadas al entorno del mundo profesional en un momento donde la atención es un recurso escaso y la motivación un desafío constante. El enfoque lúdico transforma la relación cliente-empresa en algo más dinámico y memorable, lo que incrementa las tasas de retención y el valor a largo plazo.
Atrapar la atención
La gamificación es el uso de elementos típicos de los juegos (puntos, niveles, premios, rankings, etc.) en contextos no lúdicos (como el trabajo, la educación o el ahorro), con el fin de motivar a las personas a actuar, implicarse o aprender más fácilmente. Se apoya en tres motivaciones humanas básicas, según la teoría de la autodeterminación:
- Autonomía (sentir que decidimos libremente)
- Competencia (mejorar y superar retos)
- Conexión social (sentirnos parte de un grupo o reconocidos por otros)
El objetivo primordial es la de transformar programas de capacitación aburridos en aventuras interactivas, incentivar a los empleados a superar metas o fidelizar clientes o expandirse entre consumidores potenciales por el simple placer de «jugar», asignando medallas, puntos en la competición y/o recompensas según se aumentan las dificultades. Y aunque muchas de las empresas que ha liderado esta iniciativa son del ámbito de las tecnologías y telecomunicaciones, hoy se puede aplicar en todo tipo de sectores.
Por tanto, grosso modo serán tres las claves: capacitación de empleados, fidelización de clientes y marketing.
a) Capacitación de empleados: aprender jugando
Uno de los restos en las sesiones de capacitación de empleados son las sesiones interminables y monótonas. Resulta difícil con tales formatos tradicionales mantener el interés, afectando a la retención del conocimiento, así como una reducción del tiempo invertido en formación en todo tipo de habilidades requeridas en la actividad laboral.
Para invertir el resultado la gamificación pretende que la capacitación sea una experiencia inmersiva. Los juegos de rol, diversión, fomentar la colaboración y el espíritu de equipo, que siempre es un reto interno en las empresas, y reducir el estrés asociado a posibles errores.
Para que todas estas premisas tengan éxito la clave es un diseño alineado con los objetivos de la empresa y ofrecer retos alcanzables pero estimulantes.
b) Fidelización de clientes: hacer que vuelvan por más
La gamificación es igualmente una poderosa herramienta para retener a los clientes o atraerlos.
Sin menoscabo de otras iniciativas ya maduras como los programas de fidelización tradicionales, la gamificación empuja una evolución y propone nuevas pautas, que además de incentivar el consumo, promueven una experiencia emocional que fortalece el vínculo con la marca, así como la interacción entre diversas partes involucradas. Un proyecto de gamificación bien diseñado para clientes conseguirá que éstos se conviertan en embajadores de la marca, viralizando el producto o servicio de la empresa al promoverlo en redes sociales.
c) Marketing: captar atención y generar engagement
Otro imán de la gamificación es la de captar audiencias y diferenciarse de la competencia. Campañas interactivas, como concursos o retos en redes sociales, convierten a los consumidores en participantes activos.
Las empresas también usan la gamificación para recopilar datos valiosos.
Errores que debes evitar en la gamificación
Para tener éxito necesitarás un desarrollo cuidado, ya que una gamificación mal diseñada, o con metas inalcanzables o recompensas poco atractivas, puede frustrar en lugar de motivar. Asimismo, es crucial evitar la sobresaturación: si todo se convierte en un juego, el efecto novelty puede desgastarse.
Medir el impacto
Con el fin de poder valorar el impacto de la iniciativa y el ROI (Retorno a la Inversión) deberás disponer de herramientas analíticas que midan el nivel de participación, estimulo de ventas
Conclusión
A medida que la tecnología avanza, la gamificación se vuelve más sofisticada. La realidad aumentada, la inteligencia artificial y el análisis de datos están llevando esta estrategia a nuevos niveles, permitiendo experiencias hiperpersonalizadas.
La gamificación ha llegado para quedarse al incorporarse como una herramienta estratégica que redefine cómo las empresas motivan a sus equipos y conectan con sus audiencias.
Formación ANEI