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El peligro de los coches “zombi”: más de 2’5 millones circulando de baja y sin seguro

Una de las mayores amenazas en carretera no es solo la imprudencia al volante de terceros, sino que muchos de ellos pueden estar conduciendo un vehículo dado de baja y sin seguro en vigor. Lo que la Dirección General de Tráfico (DGT) ha dado en bautizar como “coches zombis”.

En la actualidad, según los últimos datos oficiales, en las carreteras de España están circulando más de dos millones y medio de coches zombis, que sus dueños dieron de baja temporalmente, y por lo tanto ni tienen permiso de circulación ni el seguro obligatorio de daños a terceros.

Dar de baja temporalmente un vehículo es un trámite muy habitual y sencillo, además de ser legal. Cada año se dan de baja en nuestro país unos 400.000, que consecuentemente, sean camiones, coches o motos, no pueden circular.  

Motivos para la baja temporal

La baja temporal de un vehículo, ideada para ahorrar al propietario los diferentes costes asociados al uso del vehículo (seguro, impuestos, etc.), supone la retirada temporal del vehículo de la circulación y se puede solicitar por tres razones principales:  motivos personales (no se va a utilizar el coche y se quiere dejar de pagar), por haber entregado el vehículo a un compraventa y por sustracción del mismo (en la mayoría de ocasiones se hace de manera automática al presentarse la denuncia).

El problema es que los propietarios decidan volver a usar el vehículo sin darlo de alta, y de este modo ahorrarse los gastos que conlleva. Algo absolutamente ilegal que en los últimos años se hace cada vez más con los riesgos que conlleva.

El proceso para dar de baja temporal un vehículo es muy sencillo, y requiere únicamente un trámite y el pago de una tasa de 8,50 euros. No hay una fecha límite obligatoria, y puede revertirse en cualquier momento y gratis si así lo desea el propietario.

Lo que ocurre es que la baja temporal puede pasar a definitiva, cuando el coche se desguaza o se entrega para acceder a las ayudas de compra de uno nuevo. Y es aquí cuando llega el problema, si en vez de achatarrarse se introduce en el mercado negro de compraventa ilegal o se saca del país y se pierde su pista. Es en esos momentos cuando se convierten en coches zombis. Igual que si su propietario, sin darlo de alta, decide sacarlo del garaje y conducirlo.

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