Leopoldo Abadía, además de ser uno de los autores más prolíficos del sector editorial financiero, es también uno de los más carismáticos y, sobretodo, mediáticos, gracias a su talento como comunicador y a su inimitable capacidad pedagógica, que consiste en la simplificación como método, pero sin que la reducción teórica de los conceptos explicados afecten al rigor de los contenidos. Y así ha conseguido en sus sucesivos libros pergeñar poco menos que un nuevo género dentro del ensayo que podría considerarse como el de “la economía para todos”.
El mismo marco genérico en el que se incluye su último trabajo: La economía en 365 preguntas (Editorial Espasa, 2013), en el que de forma tan breve y concisa como en él es habitual, con tantas preguntas como días tiene el año, ofrece las respuestas que a pie de calle espera el ciudadano para entender el deprimido entorno micro y macroeconómico en el que nos hallamos inmersos desde hace ya demasiados años, y que ha monopolizado nuestras preocupaciones cotidianas, que desgraciadamente suelen empezar por el bolsillo.
¿Qué preguntas son esas? Pues muchas de las que frecuentemente acuden a nuestra cabeza de consumidores y empresarios autónomos. ¿Cómo ha quedado nuestra economía con todo lo que ha pasado? ¿Dónde debo invertir? ¿Por qué hay recortes? ¿Qué va a pasar con la clase media? ¿Qué pasará con la educación y con la seguridad social? Cuestiones todas ellas que un buen día también se planteó el autor, quien decidió darles respuesta de la manera más sencilla posible, descubriendo de este modo que “si yo las entendía, las entendía todo el mundo”. Y así fue como surgió La economía en 365 preguntas, que viene a completar la extensa y brillante obra de Abadía, que consta de títulos tan populares como La crisis ninja y otros misterios de la economía actual, ¿Qué hace una persona como tú, en una crisis como esta? o Cómo funciona la economía para Dummies.
Todos ellos auténticos referentes en materia de literatura financiera.
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