Bluf o la parodia teatral como vía de denuncia

¡Qué mejor que reír para protestar! Para ser críticos, para denunciar aquello que no nos gusta, que no funciona, que está mal. Las risas son tan eficaces para hacerlo como el drama y la amargura. Si no más. Y así lo demuestra la gente de La Calórica con su espectáculo Bluf. Una pieza cómica, sí, que oscila entre la caricatura y el absurdo (un personaje es una abeja, nada menos), entre el chiste cabaretero y el sarcasmo, pero que no pretende ser únicamente divertida, ni una simpática crónica social con pinceladas de realismo reivindicativo, sino un lúcido retrato de la desilusión y el caos, del yermo panorama social que transitamos. Un mosaico escénico estructurado en gags de inspiración televisiva, y con tanta mala baba e incisiva capacidad analítica como tenían los dibujantes de prensa de otros tiempos – la escenografía es casi una viñeta-, inconformistas francotiradores de la verdad cotidiana y a pie de calle, que demostraban con creces y comprometida convicción que el humor puede ser también una cosa muy seria.

Obra de denuncia social cómica

Bluf es como una delirante versión teatral de las Vidas cruzadas de Robert Altman pasadas por el filtro de una improbable reescritura a cuatro manos entre Ken Loach y John Waters. Personajes estrambóticos, estereotipos pasados de rosca, escenas almodovarizadas, situaciones de surrealismo histriónico y formes clownescas; todo ello alejado de nuestra percepción realista del mundo, pero concebido para abordar desde el distanciamiento paródico cosas tan cercanas como la precariedad laboral, los despidos improcedentes, las pensiones insuficientes, la inadaptación, el derecho a una vivienda digna, el drama del paro, las oportunidades perdidas, los sueños inalcanzables… Las cuestiones que nos preocupan hoy, mañana y siempre, en pocas palabras, expuestas con una lucidez tan rotunda que no acaba acusando a los poderes fácticos, ni a los políticos ni a la globalización, sino con un escalofriante mea culpa. Una reflexión en forma de pregunta que cada uno de nosotros nos veremos obligados a hacernos al llegar el final del espectáculo: ¿Y tú qué quieres para ser feliz? Es aquí cuando se nos congela la risa, y el aliento.

Compañía: La calórica.
Autor: Joan Yago.
Dirección: Israel Solà.
Intérpretes: Ricard Farré, Xavi Francés, Aitor Galisteo-Rocher, Esther López  y Júlia Truyol.

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