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Cómo pasar del sueldo bruto al salario neto

Todo trabajador cobra un salario. Pero una cosa es el sueldo bruto y otra el salario neto. En realidad no cobramos la misma cantidad que nos ingresan en la cuenta cada mes. Veamos por qué, y cuáles son los descuentos que se aplican en la nómina antes de que podamos disponer de nuestro dinero.

Descuentos aplicados para calcular el salario neto

Cuando una empresa contrata a un empleado le retribuye su trabajo mediante un sueldo mensual. Una cantidad pactada por ambas partes, y que es el denominado salario bruto.

No obstante, la ley marca que cualquier trabajador que esté cotizando en el régimen general verá aplicado sobre su salario bruto una serie de descuentos que condicionarán sus emolumentos netos. Unos importes que se restarán en concepto de impuestos, que debe pagar el trabajador y que la empresa se encarga de ingresar a su nombre en las arcas públicas. Un proceso establecido para simplificar las tareas administrativas de los trabajadores, que de este modo ya cumplen anticipadamente con parte de sus obligaciones fiscales.

Los descuentos de cada nómina se calculan en función de la base de cotización que tenga cada trabajador. Unas bases fijadas por las categorías profesionales en los convenios colectivos de cada sector y acotadas por un mínimo y un máximo.

Los dos descuentos principales que se aplican sobre una nómina son el destinado a pagar la Seguridad Social del trabajador y otro para pagar el impuesto sobre la renta (IRPF).

Seguridad Social

Los trabajadores pagan a través de las retenciones de su nómina un porcentaje a la Seguridad Social. Un dinero que, en nombre del trabajador, se destina a varios apartados dentro del sistema de las finanzas públicas.

Una parte de estas retenciones se dedica a las contingencias comunes. Fundamentalmente al pago de pensiones y otras prestaciones dentro de la Seguridad Social. Y también se destina parte de esa cotización a los accidentes de trabajo y la enfermedad profesional.

Se aporta también un porcentaje para el desempleo, que garantizará la prestación del paro a quienes tengan derecho a ella. Y por último, hay cantidades destinadas a los programas formativos y al reciclaje de los trabajadores.

Impuesto sobre la Renta de las personas Físicas (IRPF)

La retención del IRPF que se aplica sobre el bruto condiciona el salario neto a percibir por el trabajador. Un descuento que la empresa aplica directamente en la nómina.

La Agencia Tributaria habilita un programa de cálculo que permite fijar el porcentaje de retención a aplicar a cada trabajador. De este valor dependerá no solo de las circunstancias personales del empleado (tener un hijo, por ejemplo, cambia el cálculo de forma considerable), sino también la remuneración que percibe e incluso el tipo de contrato que tiene. 

Además, con este mismo programa el trabajador puede comprobar que la empresa esté aplicando la retención correctamente e incluso solicitar por escrito a la empresa que aplique un porcentaje mayor si lo desea. Para este trámite tributario se utiliza el modelo 145 de la Agencia Tributaria.

De hecho, con la aplicación de las retenciones del IRPF sobre la nómina,, Hacienda pretende que la declaración de la renta del año siguiente le salga negativa al trabajador. Así, aunque la retención reduzca la cantidad a percibir como salario neto a final de mes, el contribuyente no  tendrá que pagar Hacienda o incluso le devolverán dinero cuando presente la declaración.

Conclusión: del bruto al salario neto

No es lo mismo lo que cobramos que la cantidad que finalmente percibimos. En nuestro contrato se especifica el sueldo bruto con el que la empresa remunerará nuestro trabajo. En cambio, en la nómina mensual se aplicarán unos descuentos, en concepto de pago de impuestos, que reducirán el salario neto que percibiremos mensualmente. Un porcentaje de nuestro dinero que la empresa paga a la Agencia Tributaria en nuestro nombre.

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