Tipos de crédito al consumo
Es una situación muy común tener la necesidad o el deseo de adquirir un producto o un servicio y no disponer del dinero necesario en ese momento. Pero eso no significa que debamos renunciar, pues hay opciones crediticias que nos pueden permitir la operación. Veamos qué tipos de crédito al consumo existen en el mercado financiero.
Qué es un crédito al consumo
Lo primero que hay que explicar, antes de precisar que tipos de crédito al consumo hay, es en que consiste esta opción. El crédito al consumo es una operación financiera que permite al consumidor acceder a la compra de bienes y servicios sin tener que desembolsar su importe en ese mismo instante.
La entidad crediticia concede al cliente el dinero necesario para llevar a cabo la operación de compra o contratación, que quedará saldada. No obstante, el prestatario continuará pagando el importe de forma aplazada a la entidad financiera. Lo hará mediante cuotas mensuales, a las cuales se le suman los intereses correspondientes, que se habrán establecido previamente en el contrato firmado por ambas partes para la concesión del préstamo.
Son las economías domésticas las que más acuden a estos tipos de crédito al consumo, y ello redunda en un beneficio global de la dinámica financiera. Se trata de un producto bancario de vital importancia, por lo cual está sujeto a una exhaustiva reglamentación, regulada y supervisada por el Banco de España. Un control fundamental para garantizar la protección de los consumidores y la seguridad del sistema financiero.
El mismo Banco de España se encarga de regular y supervisar la actividad de las entidades financieras de crédito. Estas empresas se dedican a realizar operaciones de crédito en un ámbito específico: crédito al consumo, crédito hipotecario, tarjetas, avales, leasing, factoring, etc. Sin embargo, las entidades de crédito no captan depósitos del público.
Cuáles son los tipos de crédito al consumo
Hay diferentes tipos de créditos al consumo. A continuación repasaremos cuáles son las tres modalidades más habituales: el préstamo personal, el crédito rápido y los créditos revolving.
Los préstamos personales
El préstamo personal es un crédito que estipula desde su concesión una duración determinada, y desde el principio el consumidor conoce el plazo y el número de cuotas que debe abonar para la amortización total del crédito. Dichas cuotas incluyen también, intereses, comisiones y gastos conforme a las condiciones pactadas en el contrato. Unas características que lo diferencian de los créditos.
Créditos rápidos
Otro de los tipos de créditos al consumo son los créditos rápidos, que ofrecen la posibilidad de obtener una cantidad de dinero de forma casi inmediata. Son cantidades modestas, generalmente inferiores a los 1.000€. Un dinero que debe ser reembolsado en un corto plazo de tiempo. Por lo general, unos 30 días.
Y aunque estos créditos rápidos ofrecen la evidente ventaja anunciada en su propia denominación, la rapidez con la que se procesa la solicitud y se concede el crédito, se caracterizan por los desorbitados tipos de interés que se aplican a las operaciones. Un inconveniente importante, pero que asumen muchas personas, ya que a diferencia de los préstamos personales convencionales, los créditos rápidos pueden ser otorgados a clientes que figuren en ficheros de morosidad como RAI o ASNEF. Esta circunstancia hace de los créditos rápidos una opción viable para quienes padecen dificultades financieras y buscan una solución rápida.
Crédito Revolving
El revolving es otro de los tipos de crédito al consumo y consiste en una línea de crédito mediante la cual se pueden efectuar diversas disposiciones hasta el límite autorizado. El límite autorizado se va reconstituyendo con cada mensualidad pagada. De este modo el titular siempre tiene una reserva de dinero a su disposición para la adquisición de algún otro producto, sin necesidad de solicitar otro crédito para cada compra que desee efectuar.