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Diferencia entre ahorrar e invertir

Veamos cual es la diferencia entre ahorrar e invertir. Dos conceptos económicos íntimamente ligados, que comparten algunas de sus características principales, pero que difieren en función de los objetivos que los motivan.

 ¿Cuál es la diferencia entre ahorrar e invertir?

La mejor manera de abordar la diferencia entre ahorrar e invertir es definir ambos conceptos. Y es que el ahorro consiste en  reservar una parte de los ingresos ordinarios. Y hacerlo, además, en previsión para poder cubrir necesidades futuras. Así lo define la RAE.

En cambio, invertir significa poner ese dinero ahorrado a trabajar con el objetivo de hacerlo crecer. Una opción, la inversión, que siempre  implica asumir cierto nivel de riesgo con la expectativa de obtener mejores resultados a largo plazo.

Diferencia entre ahorrar e invertir: conceptos

Así, la principal diferencia entre ahorrar e invertir es el objetivo último de la acción. El ahorro busca la seguridad económica a corto plazo para cubrir emergencias o necesidades. Mientras que la inversión busca el crecimiento a largo plazo.

El riesgo es otra de las diferencias principales entre el ahorro y la inversión. Y es que en la Unión Europea los ahorros están asegurados hasta 100.000 euros, por lo que no hay riesgo alguno. Sin embargo, el riesgo de las inversiones, dependiendo de los productos escogidos, puede ser alto. Siempre en proporción a la rentabilidad pretendida.

El rendimiento de los productos de inversión puede llegar a través de intereses, dividendos o revalorización del capital. En cambio los ahorros solo rinden a través de los intereses de las cuentas corrientes donde están depositados, que en la actualidad son muy bajos.

Otra diferencia entre invertir y ahorrar radica en los productos bancarios a través de los cuales podemos llevar a cabo una acción o la otra. Las opciones de baja rentabilidad son las vinculadas al ahorro ordinario. Esos productos donde ingresar el dinero ahorrado mes a mes, y que siempre deben permitir una recuperación inmediata del capital por parte del cliente si llega el momento de cubrir el objetivo que motiva el esfuerzo ahorrativo.  

Además de la cuenta corriente convencional, donde el ahorro puede ir engrosando el saldo, aunque apenas rinde, existen productos como los depósitos a plazo, las libretas de ahorro o las cuentas a la vista. Todas las entidades bancarias disponen de este tipo de productos. Lo más conveniente es informarse y comparar para optar por la que ofrezca mejores condiciones.

Por su parte, invertir los ahorros ofrece más opciones, que pueden dividirse entre las inversiones en renta fija o en renta variable.  Entre las primeras, por ejemplo, se encuentran las opciones de las Letras del Tesoro, los bonos o las Obligaciones del Estado.

En cuanto a la renta variable, siempre más arriesgada, pero también mucho más rentable, las opciones incluyen los fondos de inversión o la compra de acciones en el mercado bursátil.

¿Qué es mejor: una cuenta de ahorro o inversión?

La pregunta que todo el mundo se hace al plantearse esta cuestión es qué es mejor, ahorrar o invertir. Y lo cierto es que no hay respuesta buena. De hecho, es que tal vez el problema esté en la pregunta. Pues la decisión de ahorrar o invertir depende del momento, de las preferencias, de la realidad que viva cada persona que se plantea la duda. Es decir, tantas respuestas como personas.

Ahorrar puede ser un método efectivo para alcanzar objetivos a corto plazo, e invertir suele perseguir metas más ambiciosas a plazo medio o largo. Y cada persona debe saber cuál es su objetivo y cuál su situación económica. Por ello no hay una opción mejor que otra, aunque sí podría hablarse de una opción equivocada, según el caso, y eso la convertiría en negativa.

Conclusión

Ahorro o inversión. ¿Cuál es la diferencia entre ahorrar e invertir? ¿Hay una opción mejor que la otra? Preguntas sin respuestas correctas o incorrectas, pues variarán según el perfil del inversor y de sus objetivos financieros. Aunque estos sean siempre la búsqueda de un incremento del capital. Una rentabilidad que dependerá de dos factores: la cantidad de dinero que se ahorre y el tiempo, en el caso de la inversión, ya que cuanto más tiempo se mantenga el dinero invertido, mayor puede ser el rendimiento.

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