Hijacking: qué es y cómo protegerse de estos ataques informáticos
Las amenazas en internet son muchas y variadas. Los ciberdelincuentes no descansan e innovan continuamente sus prácticas ilegales. Por ello conviene estar al día y saber por dónde pueden atacarnos para proteger nuestra integridad digital. Y el Hijacking es una de esas amenazas, que muchos califican como secuestros en internet. Veamos en qué consiste y cómo podemos protegernos.
Qué es un virus hijacking
El hijacking es una práctica no autorizada mediante la cual el delincuente intenta secuestrar un elemento específico del entorno de Internet de una empresa o un particular. Un proceso ilegítimo que a menudo implica el uso de malware para redirigir a los usuarios a páginas web no deseadas, con el objetivo de robar información o llevar a cabo estafas.
El hijacking puede afectar a diferentes componentes del entorno digital atacado, tales como la URL, el dominio, el DNS o los navegadores. Y una vez afectado un entorno digital, la página de inicio del motor de búsqueda puede ser alterada sin el consentimiento del usuario, dificultando su restauración. Es decir, es controlada por el invasor.
Ejemplos de hijacking
Las intenciones de los ciberdelincuentes a través del hijacking pueden ser muchas y variadas, siempre secuestrando el contenido de las páginas atacadas y utilizándolo en interés propio. Ya sea obteniendo más tráfico que la web original, posicionándose mejor en los rankings de internet o rentabilizando la página ilegítima gracias a la publicidad de la página usurpada.
Según los objetivos de los secuestradores hay diferentes tipos de hijacking. Veamos cuales.
Hijacking de dominios
Existen varios tipos de hijacking, cada uno con características específicas y métodos de ataque definidos. Por ejemplo, el hijacking de dominios.
Esta modalidad de hijacking implica el robo de un dominio mediante el acceso no autorizado a la información de registro, reasignando el dominio al atacante. Esto implica la pérdida del control del dominio por parte del propietario legítimo.
De URL
El hijacking o secuestro de la URL consiste en que la página original es eliminada del motor de búsqueda. Es reemplazada por otra que se vincula a ella. Y todo el tráfico de la web secuestrada es desviado a la ilegítima, que suplanta así a la original.
Modalidad SEO o de contenidos
Este tipo de acción consiste en utilizar de manera ilegítima técnicas de optimización de motores de búsqueda para que sus páginas fraudulentas aparezcan por encima de las legítimas en los resultados de búsqueda. Es decir, mejorar sus resultados de SEO en internet y colocarse mejor que las webs fagocitadas.
Hijacking de redes sociales
El tipo de redes sociales implica el acceso y control no autorizado, por parte de quienes perpetran el hijacking, de las cuentas de redes sociales de las empresas o individuos atacados. A partir de ese momento el titular de las redes pierde el control de las mismas, pero sigue figurando como responsable de aquello que pueda publicarse en sus perfiles.
De sesión
Esta tipología de hijacking permite al atacante acceder a una sesión como si fuera el usuario legítimo. Algo que consigue robando una ID de sesión válida a través de técnicas como la escucha pasiva, interceptando cookies enviadas a otros servidores. Cuando el ID de sesión es válido, el delincuente tendrá el control de la sesión y podrá usarla siempre que quiera.
Cómo protegerse del hijacking
Como suele ocurrir frente a cualquier amenaza, la prevención es la mejor de las protecciones para evitar la invasión o el secuestro de nuestro entorno digital. Y lo primero es emplear software antivirus con controles de red. Programas que pueden bloquear URLs sospechosas y alertar al usuario sobre posibles amenazas. Además hay herramientas como AdwCleaner o Anti-Malware, que ayudan a eliminar malware que los antivirus convencionales no detectan.
También es importante registrar el dominio en servicios seguros, que ofrezcan protección contra secuestros de este tipo. Y utilizar conexiones HTTPS, que cifran los datos mediante SSL, complicando la interceptación y el robo de información.
Y si los problemas persisten en el tiempo, lo mejor es reconfigurar el navegador para eliminar alteraciones causadas por hijackers.
Conclusión
Internet no es un entorno seguro. Son muchas las amenazas que se ciernen sobre nuestra actividad digital, y conviene estar prevenidos y protegerse. El hijacking es uno de esos ataques posibles, y consiste en secuestrar nuestros dominios y controlarlos. De modo que puedan sacarles partido a su favor.