Blackhat: amenaza en la red

Amenaza en la redA nadie se le escapa hoy la letal habilidad de los Hackers para piratear, sabotear o infectar cualquier sistema informático, por seguro e inexpugnable que éste se suponga a priori. Nada ni nadie está a salvo, y sino que se lo pregunten a Sony, cuyos “fiables” cortafuegos parece ser que no estaban diseñados a prueba de filibusteros norcoreanos 2.0, los cuales decidieron boicotearles a raíz de la para ellos ofensiva The interview, que se ha estrenado este mes. Y por ahí van los tiros de la oportuna Blackhat: ameneza en la red. Un thriller sobre atentados cibernéticos con móvil económico (criminal y sangrienta manipulación del mercado de valores bursátiles con aviesas y multimillonarias intenciones) que podría verse beneficiado promocionalmente por el mencionado conflicto internacional. Pero lo cierto es que se han pasado, pues atrincherados en el cheque en blanco que a menudo supone la ficción en cuanto a credibilidad se refiere,  han abusado de las legítimas licencias fantasiosas en beneficio de la intriga y han caído en el absurdo del exceso, que de inmediato convoca la falta de veracidad y merma todo interés. Ni siquiera en una película resulta factible robar 75 millones de dólares de un banco con un pen-drive insertado en el ordenador del guarda jurado (si lo fuera, no quedaría un céntimo de euro en ningún banco del mundo). Ni tampoco es posible acceder, en lo que dura un aperitivo chino (sic), a un secreto de estado cifrado en el sistema de una agencia gubernamental con la única ayuda de un e-mail. En fin, que con un guion tan endeble y descuidado ni Michael Mann, con su habitual intensidad narrativa y su poderoso estilo visual (aunque nunca superara, por mucho que sigue intentándolo, el portentoso tiroteo que rodó para Heat), tiene demasiadas posibilidades de lucirse y sobrecogernos con su capacidad para hacer de lo obvio un espectáculo tan atractivo como insubstancialmente entretenido. Éste no aburre, pero casi, porque más que obvio resulta bobo. Y no ayuda tampoco la insípida presencia del hierático Chris “Thor” Hemsworth.

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