Préstamo personal: cosas en las que fijarse para solicitarlo
El préstamo personal es uno de los productos bancarios más utilizados por los ciudadanos, que financian de este modo inversiones para las cuales no dispone del dinero necesario en el momento de acometerlas.
¿Qué es un préstamo personal?
El préstamo personal es un producto bancario que le permite al cliente o prestatario recibir una determinada cantidad de dinero (el denominado capital del préstamo) de una entidad de crédito (prestamista), a cambio del compromiso de devolver dicha cantidad, junto con los intereses correspondientes, mediante pagos periódicos (las llamadas cuotas). Esta es la definición exacta de un préstamo personal según el Banco de España.
El concepto de préstamo personal responde al hecho de que, en este tipo de operaciones de crédito, la entidad bancaria no suele contar con una garantía especial para el recobro de la cantidad prestada. De este modo, solo cuentan como garantía genérica con los bienes presentes y futuros del deudor que contrata dicho préstamo.
En qué fijarse a la hora de solicitar un préstamo personal
Los préstamos personales suelen solicitarse con cierta urgencia. Lo más común y sensato es solicitar este producto bancario para adquirir bienes duraderos y necesarios, que a menudo devienen gastos imprevistos o de vital importancia. Ya puede ser la compra de un coche, la sustitución de un electrodoméstico o el pago de un master para completar los estudios, por ejemplo. Pero esa urgencia que a veces nos impulsa a la solicitud de un préstamo personal no debe hacer que nos precipitemos, y escojamos una opción que no nos convenga. Veamos qué aspectos conviene valorar a la hora de escoger un producto bancario u otro.
Cuotas mensuales
Lo primero es analizar la cantidad de dinero que podemos pagar cada mes. Hay que tener en cuenta que cuanto mayor sea el plazo para devolver el crédito, la cuota será inferior pero los intereses serán mayores y viceversa. No podemos pedir lo que no podemos devolver. De modo que es importante valorar tanto el tipo de interés que se nos aplicará como el plazo de amortización que se establecerá en el contrato del préstamo.
Tasa Anual Equivalente (TAE)
Otra de las cosas a tener en cuenta a la hora de solicitar el préstamo personal es la Tasa Anual Equivalente (TAE) para comparar diferentes opciones de financiación. La TAE incluye los gastos asociados a la financiación y es un buen indicador del coste real de la operación. El importe de las cuotas mensuales que deberemos pagar viene determinada por la TAE aplicada.
Gastos asociados
Los préstamos pueden tener gastos asociados inesperados, y es importante estar informado de todos para no tener sorpresas. Un tipo de interés interesante puede estar asociado a la contratación de seguros y servicios u otras garantías que encarezcan la oferta. Además, es importante informarse de los gastos que pueda suponer no pagar a tiempo alguna cuota del préstamo, ya que los impagados pueden salir caros según las condiciones firmadas.
También es importante tener claro si se establecen comisiones de apertura y cancelación del contrato de crédito, y en caso de haberlas, de qué cuantía son.
Diferencias entre préstamo personal y crédito
Aunque tienen aspectos comunes y ambos productos bancarios consisten en conceder dinero al cliente a cambio de unos intereses, lo cierto es que un préstamo personal no es lo mismo que un crédito.
El crédito es un límite de dinero que concede la entidad financiera a la persona que lo solicita, depositando el capital en una cuenta de crédito. En cambio, el préstamo es una operación mediante la cual la entidad entrega al cliente una cantidad fija de dinero que será amortizada de manera periódica.
Tipos de préstamo personal
Establecida la diferencia entre préstamos personales y créditos, hay que señalar que también entre los primeros hay de varios tipos. Los más habituales son los préstamos al consumo, los préstamos rápidos, los llamados préstamos de estudios o los hipotecarios, que son créditos personales para la adquisición de inmuebles.