Nueva tasa de basuras: qué es, a quién afecta y cuánto tendrás que pagar
El “basurazo”. Así han bautizado popularmente a la nueva tasa de basuras que los ayuntamientos deberán aplicar antes de que finalice este año 2025. Un nuevo impuesto derivado de una directiva europea y que ha provocado la indignación y una oleada de quejas por parte de la población afectada.
Veamos en qué consiste este nuevo gravamen, a quién le afecta y que coste tendrá para aquellos que tengan que pagar.
¿Qué es la nueva tasa de basuras?
La nueva tasa de basuras, cuya denominación oficial es tasa de gestión de residuos, es un impuesto municipal ideado para incentivar el reciclaje y hacer que la población sea consciente del coste que tiene la generación de residuos.
La directiva europea que ha impulsado esta tasa aboga por el principio de “quien contamina, paga», y su aspiración última es imponer que «los costes de la eliminación de los residuos recaiga sobre el poseedor de los mismos o en el productor de ellos”.
¿Por qué se ha implantado ahora la nueva tasa de basuras?
La abrupta implantación del llamado “basurazo” viene marcada en cierto modo por la exigencia europea del cumplimiento dentro de este año 2025 de una directiva aprobada en el Parlamento Europeo en 2018 y que se incluyó en la legislación española en 2022.
Los ayuntamientos tenían un plazo máximo de tres años para empezar a cumplir el mandato, y ese plazo finalizó a finales de abril de este año.
De hecho, el objetivo de esta normativa, que como hemos señalado se ideó para fomentar el reciclaje, es conseguir que en 2025 al menos el 55% del peso de los residuos municipales generados se recicle y que en 2035 este porcentaje fuese del 65%.
¿A quién afecta la nueva tasa de basuras?
El Gobierno español ha optado por exigir la aplicación de esta nueva tasa de basuras a todos los municipios de más de 5.000 habitantes. Una factura que deben pagar tanto los ciudadanos por la generación de residuos en sus domicilios como las empresas por idéntico motivo.
Eso sí, en el caso de los inquilinos que viven de alquiler existen ciertas dudas a la hora de imputar el gasto. El ayuntamiento notificará la tasa de basuras en el domicilio, y por lo general deberá pagarla el propietario.
No obstante, dependerá del contrato de alquiler. El inquilino estará obligado a pagar la tasa de basuras si se incluye de forma clara y expresa en el contrato. Y eso significa que esté indicado expresamente, y no con una cláusula genérica que diga que el inquilino se hará cargo de los impuestos. Si no es así, éste podría negarse a asumir el coste de la tasa de gestión de residuos. Esto sería tan legal como la inclusión de la cláusula expresa en un nuevo contrato por parte del propietario.
¿Cuánto cuesta la nueva tasa de basuras?
El coste del “basurazo” depende de cada ayuntamiento. No hay una tarificación oficial ni nada parecido. La directiva europea no marca ni el sistema impositivo ni las cuotas a cobrar, dando libertad a cada municipio para escoger su sistema de aplicación.
Factores que determinan el importe
Así, el cálculo de la cuota depende de la fórmula que los gobiernos municipales hayan establecido. En algunos ayuntamientos existe una tarifa fija. En otros depende del valor catastral del inmueble, del comportamiento al reciclar en cada domicilio, del consumo de agua o el número de personas empadronadas. Y esta falta de homogeneidad es la que ha provocado una situación controvertida, ya que hay enormes diferencias entre los importes que exigen por la misma tasa en un ayuntamiento u otro.
Y de poco ha servido, al parecer, que Hacienda, Transición Ecológica y la Federación Española de Municipios y Provincias elaboraran una guía de ayuda a los ayuntamientos para calcular el coste del servicio. La falta de directrices claras y concretas, según denuncian municipios y organizaciones de consumidores, ha hecho que la disparidad de los criterios haya provocado una situación marcada por la desigualdad entre ciudades y ciudadanos frente a un mismo concepto impositivo. Y por tanto, foco inevitable de conflicto.
Bonificaciones, reducciones y exenciones
Aunque la nueva tasa de basuras debería afectar a todos aquellos que generan residuos, las ordenanzas municipales de cada localidad pueden establecer reducciones o excepciones para determinados colectivos vulnerables o de especiales características.
Las familias numerosas pueden beneficiarse de reducciones de hasta un 30%, según lo disponga el ayuntamiento al que pertenezcan. Así mismo, se aplicarán bonificaciones a los hogares con ingresos bajos. Si los ingresos familiares no superan el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM) podrían quedar incluso exentos. Del mismo modo que las personas que estén percibiendo el Ingreso Mínimo Vital (IMV).
En cuanto a las empresas, también hay bonificaciones o reducciones en la aplicación de la tasa de basuras. Por ejemplo, las empresas de alimentación y restauración que colaboren con entidades sociales para reducir el desperdicio alimentario. Éstas pueden optar a un descuento en la aplicación de la tasa. Y además, son muchos los ayuntamientos que ofrecen incentivos económicos a quienes separen correctamente sus residuos o usen los ecoparques municipales. Tanto si son empresas como ciudadanos particulares.
Otros municipios, como es el caso de Madrid, contemplan bonificaciones para pequeñas empresas con reducciones de hasta el 90% si tienen locales que no hayan tenido actividad durante más de seis meses en el año anterior al que se solicita la reducción.
Cómo y cuándo se paga la nueva tasa de basuras
Los ayuntamientos son las corporaciones que nos gravarán con la nueva tasa de basuras, y esta se cobrará el 1 de enero de cada año con carácter anual.
Una imposición que dependiendo de cada municipio puede hacerse mediante un único recibo anual o de forma fraccionada a lo largo del año.
El importe y el plazo de pago de la tasa de residuos suelen ser notoficados por parte del consistorio mediante el padrón fiscal, en el que se inscriben todos los inmuebles sujetos al tributo.
Conclusión
Los ayuntamientos empezarán a cobrar a los ciudadanos una nueva tasa de basuras, derivada de una directiva europea ideada para fomentar el reciclaje. Sin embargo, la falta de directrices para su aplicación y tarificación ha provocado una gran polémica por la desigualdad cuantitativa entre ciudades y ciudadanos por un mismo concepto impositivo.
