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Ocho consejos para reducir tu huella digital

La práctica totalidad de los ciudadanos transitan hoy por internet por un motivo u otro. Y cada una de las veces que accedemos al ciberespacio, ya sea a través del ordenador o del móvil, cada clic que hacemos o cada publicación que compartimos en redes, dejamos nuestra huella digital. Un rastro como el que dejaríamos en la nieve al andar, y que puede ser aprovechado para recabar información sobre nosotros y ser utilizada por terceros en actividades ilegítimas de diversa índole.

 Por este motivo, y para evitar riesgos, es aconsejable reducir en la medida de lo posible nuestra huella digital. Veamos algunas formas de minimizar nuestro rastro en la red.

Qué es la huella digital

La huella digital es la información que un usuario va dejando tras de sí siempre que utiliza internet, sea cual sea el uso que haga de la red. Unos datos que se van acumulando y permanecen, fuera de tu control, al alcance de aquellos que quieran rastrear nuestras actividades o compartir nuestra información con fines comerciales o incluso fraudulentos.

Huella activa

Hay diferentes maneras de dejar nuestra huella digital cuando accedemos a internet a través de cualquier dispositivo y sea cual sea la acción que ejecutemos online. La denominada huella activa es aquella que dejamos cuando el usuario comparte deliberadamente información sobre sí mismo. Por ejemplo participando en foros en línea o publicando en redes sociales. Incluso al aceptar cookies en nuestro navegador o completar formularios en línea para acceder a algún servicio supone dejar un rastro digital activo en la red.

Huella pasiva

En cambio, también existen las llamadas huellas digitales pasivas. Estas son aquellas que permiten a terceros recopilar información sobre un  usuario sin que este sea consciente de que esto está ocurriendo. Un caso claro es cuando las webs visitadas recopilan información sobre cuántas veces los visitan los usuarios, de dónde proceden y cuál es su dirección IP.

En las redes sociales también dejamos huellas digitales pasivas, que a menudo son utilizadas con fines comerciales por anunciantes, que registran las veces que un usuario da “me gustas” o se informa sobre un producto u otro. Algo que utilizarán para crear perfiles de potenciales clientes a los que dirigir sus esfuerzos promocionales.

Maneras de reducir nuestra huella digital

Por todo lo antedicho, es importante intentar minimizar nuestra huella digital en internet. Veamos cómo hacerlo. La Oficina de Seguridad del Internauta ofrece una serie de consejos para conseguirlo.

Lo primero es tener una cuenta de correo alternativa, para registrarte en webs sin usar tus datos o cuenta personal. Lo segundo, eliminar la información almacenada en forma de cookies, caché e historial de forma regular. En tercer lugar, utilizar el modo incógnito para navegar. De este modo, no se almacena información sobre las webs visitadas ni se guardan las contraseñas. Cuarto consejo: ser cauto con la información que se desvela en las publicaciones de redes sociales. Configura las opciones de privacidad.

La quinta recomendación es navegar por webs seguras, con https y certificado digital, especialmente si se usan contraseñas y datos bancarios. Un sexto consejo es desactivar la geolocalización en apps y dispositivos si no es necesario.

Es importante saber, y sería la séptima prevención, que existen extensiones para el navegador que protegen al usuario de determinadas web fraudulentas y anuncios, y que ayudan a mantener el anonimato en la actividad online. Y por último, un octavo consejo es usar una VPN, porque además de protegernos ante determinados ciberataques, aumenta la privacidad de nuestras comunicaciones.

Y a todos estos consejos podemos añadir el uso del sentido común. En un universo digital globalizado, donde cualquiera puede tener acceso a nuestra intimidad informativa, evitemos divulgar datos en redes Wi-Fi públicas, menos seguras que las nuestras, y creemos contraseñas seguras, que nos les facilite el trabajo a los ciberdelincuentes.

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