Productos derivados: pactar hoy para ejercer en el futuro

Continuando con la serie de productos de inversión que desarrollamos en Domestica tu economía desde hace algunos meses, tras la renta fija, la variable y los bonos convertibles, nos ocupamos hoy del producto derivado, que sería cualquier contrato cuyo precio dependa o derive de otro activo principal, al que llamaremos activo subyacente, y en el cual  se establecen todos los detalles en el momento del acuerdo, mientras que el intercambio efectivo se produce en un momento futuro.

Es decir, lo contrario de lo que sería una operación comercial común, pues en las habituales de comercio al contado, como por ejemplo cuando compramos en una tienda convencional, el intercambio del producto por su precio se realiza en el momento del acuerdo; mientras que un acuerdo derivado es un pacto cuyos términos se fijan hoy pero la transacción se realiza en una fecha futura.

Son, por tanto, productos sujetos al efecto apalancamiento, ya que la inversión inicial necesaria es reducida en comparación con la exposición al subyacente que se obtiene, por lo que los resultados pueden multiplicarse, tanto en sentido positivo como negativo, en relación con el efectivo desembolsado. Por lo tanto, son productos de riesgo elevado.

Pactar hoy para ejercer los valores en el futuro

En un principio los activos subyacentes eran bienes físicos, principalmente agrícolas o ganaderos, es decir, materias primas. Pero hoy en día los productos derivados pueden depender de valores de subyacentes muy variados, tales como metales, petróleo, energía eléctrica y hasta zumo de naranja; además de otros activos financieros como lo serían acciones o paquetes de acciones, valores de renta fija, divisas, tipos de interés, índices bursátiles y productos más sofisticados como podrían ser incluso la inflación o los riesgos de crédito.

Existen tres tipos de productos derivados: el contrato de futuros, contrato de opciones y warrants.

Un contrato de futuro es un contrato de compraventa, aplazado en el tiempo, donde hoy se pacta el activo a intercambiar, la cantidad, el precio y la fecha futura en que se llevará a cabo la transacción. Y de este modo, tanto el comprador como el vendedor de futuros aceptan unas obligaciones, frente a las expectativas de mercado que tiene cada uno

Los de opciones son contratos de compraventa sobre futuros, por el cual su comprador adquiere el derecho, pero no la obligación, de comprar o vender cierta cantidad de un activo (subyacente) a un precio determinado y en una fecha futura. A cambio de ese derecho, el comprador de la opción abona al vendedor una prima.

Los warrants son opciones a medio y largo plazo, pero con la diferencia de que son títulos negociables (acciones) que pertenecen a una emisión concreta, donde la entidad emisora contrae la obligación de negociar (comprar o vender) las opciones en las fechas fijadas y por orden del cliente.

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