¿Por qué pagamos tanto en el recibo de la luz?

Para entender bien el recibo de la luz, conviene saber los conceptos a los que va destinado el dinero que los consumidores pagamos por él. Así podremos ajustar el consumo y reducir el gasto energético.

Recibo de la luz

 

Aproximadamente la mitad de la factura de la luz va destinada a costes fijos que van incrementándose año tras año, y que se traducen en una gran subida del recibo. Estos costes fijos de los que hablamos son por transporte, distribución de energía, primas, tarifas especiales y déficit público acumulado.

Las familias españolas pagan las tarifas eléctricas más elevadas de la Unión Europea (UE), sólo por detrás de Malta y Chipre, según un estudio elaborado por FACUA. Aquí hay que puntualizar que algunos países como Alemania, Dinamarca, Italia y Portugal excluyen de los precios finales la financiación de las energías renovables y la cogeneración, algo que no hace España.

Bajada en abril

El precio de la electricidad para los consumidores ha subido en España más de un 70 por ciento en la última década según datos facilitados por Eurostat (Statistical Office of the European Communities, Oficina Europea de Estadística). Hemos sobrellevado continuas subidas de precios, pero por primera vez en los últimos años, desde el pasado 1 de abril, la tarifa se ha reducido un 6,62 por ciento, lo que se traduce en un ahorro de 30 euros al año para un consumidor de la tarifa de último recurso (TUR).

Esta bajada del precio se produce después de la subasta eléctrica realizada por las empresas comercializadoras (Endesa, Iberdrola, Gas Natural, E.ON y HC Naturgas) el pasado 20 de marzo. En ella se llegó a una rebaja del 15 por ciento en la subasta. Entonces, ¿por qué nuestra factura sólo ha disminuido un 6,62 por ciento? La subasta afecta a una parte de nuestro recibo, la otra mitad  que son los costes fijos (peajes, ayudas, subvenciones a las energías renovables) no varía.

¿A qué se debe el precio tan alto del recibo de la luz? ¿A dónde va a parar el dinero que pagamos? Aproximadamente el 50 por ciento de la factura va destinado a pagar lo que se ha consumido. El resto se reparte entre compensaciones extrapeninsulares, primas, impuestos, amortización del déficit de tarifa y  subvenciones a energías renovables.

Desglose del recibo

A continuación hacemos un desglose de los diferentes conceptos que forman una factura con Tarifa de Último Recurso, la mayoritaria en España.

  • Transporte y distribución. El 20,1 por ciento va destinado a las empresas que se encargan de transportar la energía desde las instalaciones hasta las poblaciones.
  • Energía. El 25,7 por ciento se destina a pagar a las generadoras de electricidad por la luz que consumimos. Este coste de energía se fija mediante una subasta que se celebra cada tres meses y que se denomina CESUR (Compra de Energía para el Suministro de Último Recurso).
  • Impuestos. El 19,4 por ciento. Aquí también está incluido el IVA (que subió del 18 al 21 por ciento en septiembre del año pasado) y el impuesto de electricidad.
  • Amortización del déficit. El 8,3 por ciento.  Se incluye el déficit de tarifa, que es una deuda que contrae el Gobierno con las compañías eléctricas para que el coste de kilovatio (KW) no suba más de lo que estipula el Gobierno.
  • Subvenciones. El 19,9 por ciento de la factura va destinado a las subvenciones a las energías renovables.
  • Otros costes. El 7 por ciento de la total se dedica a pagar las compensaciones de interrumpibilidad, cubrir el presupuesto de la Comisión Nacional de Energía, pagar las primas a las renovables, compensar a las eléctricas que dan servicio en Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla.

La Asociación Española de la Industria Eléctrica tiene una útil calculadora en su página web para aclarar el destino de cada euro de nuestra factura.

Pautas para ahorrar en consumo energético

Una manera práctica de conseguir ahorrar se consigue analizando de manera exhaustiva nuestra factura  para determinar si nos conviene contratar otra tarifa. Os proponemos algunas recomendaciones para gastar menos en el recibo eléctrico, de manera que la subida de la luz no nos perjudique tanto:

  • Revisar la tarifa. Verifica el tipo de tarifa que tienes contratada, es decir tarifa de último recurso (TUR) o de mercado libre (ML). La más habitual es la primera. También es importante conocer el tipo de potencia que tienes. Puede ser que la hayas contratado hace mucho y sea excesivo. En función del número de electrodomésticos y de la utilización que se haga de ellos, el consumidor deberá optar por una u otra.
  • Consumir energía con discriminación horaria. Recuerda que entre las diez de la noche y las doce de la mañana es mucho más económico encender los electrodomésticos o la calefacción. Aprovecha estas horas para poner la lavadora, lavavajillas y cocinar, por ejemplo. También puedes aprovechar estas horas para cargar los radiadores eléctricos.
  • Utilizar iluminación de bajo consumo. La tecnología LED ofrece numerosas ventajas respecto al resto: bajo consumo de energía, encendido instantáneo, pocos costes de mantenimientos y una larga vida útil.
  • Elegir electrodomésticos de clase energética A. Son más caros a priori, pero a la larga reducen el consumo eléctrico.
  • No dejar los aparatos eléctricos en “stand by”. Erróneamente a lo que pensamos, se consume energía cuando los aparatos eléctricos están semi-apagados.

El modo en espera sin apagar puede suponer un 5 por ciento del consumo energético total de una vivienda. La manera de combatir este consumo es apagar estos aparatos por completo y desenchufar los cargadores cuando no se utilicen.

  • Apagar los electrodomésticos justo después de utilizarlos. Por ejemplo, el extractor cuando hayamos terminado de cocinar, la televisión del salón cuando vamos a la cocina a comer y no volvamos en un rato, etc.

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