Cómo contribuir a la gastronomía sostenible

La gastronomía sostenible es un objetivo global que se ha marcado la ONU para cumplirse en el plazo máximo de la próxima década, y pasa por aprovechar los recursos naturales, potenciar el comercio justo y, de este modo, fomentar a los productores artesanos y mejorar las economías de los países más pobres. Pero aunque es un proyecto ambicioso y de proporciones internacionales, todos podemos contribuir con nuestros  hábitos alimentarios y comerciales, adecuándolos a las exigencias del proyecto sostenible. Veamos cómo.

La manera más directa de participar en esta tendencia solidaria y sostenible es mediante  la promoción de hábitos alimentarios y culinarios acordes con el medio ambiente, apoyando las tradiciones locales. Pero para ser más concretos enumeraremos y comentaremos algunas de las acciones posibles encaminadas a fomentar la gastronomía sostenible. Por ejemplo, adquirir productos de temporada siempre que sea posible. Una opción que además de fomentar la sostenibilidad, resulta más barato, más sano y cualitativamente mejor.

Muy relacionado con el anterior punto está la opción de comprar productos locales en vez de importados. Eso garantiza la calidad de los mismos, abarata los costes al ahorrarse el transporte y potencia los mercados de proximidad, a menudo artesanales.

Compra a granel y planificación

En tercer lugar, es muy recomendable adquirir productos a granel y evitar los envasados en la medida de lo posible. De este modo se compra la cantidad necesaria, con el ahorro que conlleva no tener excedentes que pueden desecharse, y además disminuimos el consumo de plásticos y otros materiales utilizados para elaborar la paquetería y los envases desechables. También es importante planificar las compras antes de salir de casa, con el mismo objetivo de no comprar de más y por lo tanto no desperdiciar alimentos.

Con el consumo de más vegetales en detrimento de la carne también se colabora en la gastronomía sostenible, y además es mucho más saludable.

El autoabastecimiento y consumo propio es también una alternativa sostenible muy recomendable. Y una posibilidad es reutilizar las semillas de las frutas y vegetales para cultivar tu propio huerto.

El agua es el último de los elementos importantes a tener en cuenta, pues es frecuente derrocharla en la preparación de los alimentos, así como al limpiar los platos con posterioridad. Los alimentos deben limpiarse en un recipiente lleno de agua, y no bajo el grifo uno por uno. Y esa agua puede usarse después para regar, por ejemplo. O para vaciar en el inodoro.

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