Claves para ahorrar mejor en 2014

Soplan vientos de recuperación económica y, por tanto de ahorro, pero las claves para ahorrar han cambiado en 2014. Lo importante es no perder el tren. Mitad de año, momento de pensar cómo vamos a cuadrar las cuentas de los próximos meses. Una buena costumbre que nuestro compañero de viaje Sebastián Puig no deja de recordarnos en sus valiosos post. A la hora de evaluar qué tenemos que hacer con nuestro presupuesto familiar es conveniente tener en cuenta varios temas, como si tuviésemos que elegir un buen asesor financiero. En primer lugar, pensar más allá del corto plazo, ese que quizá ahora ocupa nuestras previsiones financieras con un único tema: las vacaciones de verano.

Mann mit Sparschwein

“Las vacaciones son necesarias”, es lo que pensamos la mayoría de los españoles, estemos en crisis o no. Un pensamiento que muchas veces nos impulsa a gastar lo que no tenemos o no deberíamos permitirnos en una planificación responsable de las cuentas personales. Con todo, en este mes de julio de 2014, es más aconsejable que nunca pararse a hacer números y revisar las cuentas del hogar, de nuestra empresa o las que generan nuestra actividad profesional.

Razones para ahorrar en 2014

La situación económica de España está cambiando o puede que haya empezado a cambiar. Los ajustes y las reformas acometidas por el Gobierno empiezan a modificar el panorama y son varias las novedades que deberíamos tener en cuenta para llegar sin sobresaltos y, por qué no, con alguna plusvalía en el fondo de nuestro bolsillo a final de año. De momento, sería aconsejable analizar las principales novedades:

  • Los indicadores evidencian un cierto optimismo. Cierto, tanto las expectativas de compra de los particulares como las previsiones de los empresarios parece que anticipan un ciclo más expansivo de la economía española en la segunda mitad de 2014 y para el año que viene. Según el informe de junio del Observatorio Cetelem sobre intención de compra, un 33% de los españoles prevé consumir más en 2015. De la misma forma, los empresarios se muestran más optimistas en sus previsiones. El 63% de las empresas familiares, la mayoría de nuestro país, tiene una visión positiva para ese período, un tercio más que el 42% que afirmaba tener buenas expectativas al cierre de 2013, según el Barómetro de la Empresa Familiar realizado por KPMG.
  • La reforma fiscal es la gran duda para el ahorrador. Sin embargo, todavía se ciernen incertidumbres en el horizonte. La principal duda que aún no se ha desvelado es la próxima reforma fiscal que aprobará el Gobierno. Aunque las directrices principales ya se conocen, conviene esperar a su aprobación en el Parlamento para terminar de perfilar las decisiones de ahorro para 2015. En cualquier caso, no es desproporcionado concluir que el nuevo IRPF bajará los tipos impositivos para las rentas bajas y medias y que el IVA, pese a las presiones de Bruselas, no subirá de nuevo.
  • Los españoles estamos generando ahorro. Los siete años de crisis, de “vacas flacas”, han mermado los ahorros de los españoles. Nuestro capital, nuestra riqueza, se ha consumido en estos años en que el empleo se destruía día a día y las empresas no dejaban de “echar el cierre”. Las estadísticas demostraban con tozudez este descenso del ahorro. En 2013, últimos datos disponibles, la tasa de ahorro de las familias españolas estaba en su nivel más bajo desde 2006. Sin embargo, parece que se ha producido un cambio de tendencia, al menos en la intención del ciudadano medio. Según el Observatorio Cetelem; un 35,4% de los españoles ahorró en junio frente al 30,4% que lo hizo en mayo.

Con estas premisas (ya que parece que los españoles hemos empezado a ahorrar), a la hora de planificar un presupuesto familiar para los próximos meses, deberemos tener en cuenta los proyectos que queremos realizar y echar cuentas comparando los instrumentos de ahorro más beneficiosos para nuestros propósitos. No tenemos que olvidar que el objetivo fundamental del ahorro es poder cubrir gastos futuros, cumplir proyectos y protegernos ante inclemencias venideras. No se debe entender el ahorro como un atesoramiento de dinero sin objetivo alguno. Una parte importante de nuestras economías debe tener un objetivo y un horizonte de gasto.

Qué productos son aptos para el ahorro en 2014

En función de estos criterios de ahorro razonable, tendremos que planificar nuestra economía familiar de la forma más óptima posible: estudiando y seleccionando los productos financieros que mejor se adapten a nuestros propósitos, teniendo en cuenta:

  • La seguridad: Es el valor más importante que tiene que atender un ahorrador. De hecho, en la mayoría de las veces es la única por la que se rigen los españoles. Los principales productos financieros exponentes de la seguridad son los depósitos, los fondos y planes garantizados y, en menor medida, la renta fija de Estados y empresas. Hasta hace unos años, también entraba en este segmento la inversión inmobiliaria, pero hoy en día este sentimiento (en realidad sólo fue eso) ha cambiado radicalmente. Para considerar inversiones fuera de estos productos (bolsa) es necesario tener un perfil de inversión con cierta tolerancia al riesgo. Algo que tenemos que aprender a tener los españoles para conseguir una punta de rentabilidad para nuestro ahorro.
  • La rentabilidad. Hoy es un bien escaso, sobre todo en esos productos preferidos por los ahorradores españoles: los depósitos. Los bajos tipos del Banco Central Europeo han evaporado la rentabilidad de estos productos, sobre todo en el corto plazo. Hoy en día, para obtener más de un 1% de rentabilidad (en tasa anual equivalente, TAE), la mayoría de las entidades obligan a fuertes vinculaciones (nómina, recibos, incluso seguros y planes de pensiones) y, además, exigen plazos largos, superiores a un año. Teniendo en cuenta que el principal objetivo de la rentabilidad, sobre todo en el ahorro a largo plazo, es el de batir la inflación, los depósitos pierden atractivo, pese a ser los productos más seguros del mercado.
  • El plazo. Es fundamental tener un horizonte temporal de ahorro y cuadrar éste con la vigencia que contratemos los productos de ahorro. Por eso es necesario diversificar nuestra cartera, sólo de esta manera podremos cubrir situaciones como las vacaciones (corto plazo), la educación de nuestros hijos (medio plazo) o preparar la jubilación (largo plazo).
  • La liquidez. Fundamental para situaciones extraordinarias, como enfermedades. Pero también es bastante rara en productos que, además, sean seguros y rentables. Las cuentas corrientes son las que mejor garantizan disponer de inmediato de nuestro dinero, pero hoy en día su rentabilidad es nula. También se dispone de una alta liquidez en las inversiones en Bolsa, aunque es necesario asumir riesgos. Riesgos que, por ejemplo, se reducen en los fondos monetarios (los que invierten en divisas).

¿Ha llegado el momento de ahorrar? Es muy posible que sí, pero teniendo en cuenta las consideraciones expuestas, el ahorro requiere de consejo y prudencia hasta que se adquiere experiencia y educación financiera.

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