Chartismo: el lenguaje de los gráficos financieros

Cada sector laboral tiene su lenguaje, su jerga, y el financiero no es ninguna excepción. Pero tal vez sí sea uno de los más especializados, pues no solo se trata de entenderse hablando, sino que cabe entender el idioma de la economía, que no solo se expresa en palabras, sino también en cifras y, sobretodo, en gráficas. Su interpretación es lo que se conoce como el chartismo.

El termino chartismo procede de la palabra anglosajona “chart”, que significa precisamente gráfico. Y ese es el nombre que en el parqué bursátil recibe  el gráfico en el que se representan las cotizaciones de una empresa o de cualquier título que cotice en un mercado financiero (bonos, materias primas, etc).

La bolsa es el ejemplo paradigmático cuando se habla de chartismo. Allí las gráficas lo son todo, y de su correcta interpretación depende el éxito de las operaciones.

El chartismo consiste en el estudio de los gráficos para pronosticar los comportamientos futuros de los distintos activos financieros, en base a líneas y figuras geométricas, y de este modo avanzarse al mercado y sacar partido a las fluctuaciones del mismo.

El lenguaje de los gráficos financieros

Lógicamente el lenguaje de los gráficos tiene unas reglas, unas pautas que permiten analizarlos e interpretarlos. Los tres fundamentos básicos del chartismo son: 1/  Los precios se mueven en base a tendencias. 2/ En la cotización se reflejan siempre todos los factores que pueden afectar a una empresa, índice, materia prima, etc. 3/ Los comportamientos de las cotizaciones son repetitivos, de forma análoga en el tiempo, en base a ciclos.

En función de estos datos, que deben extraerse de la lectura de los gráficos, un analista puede obtener informaciones muy valiosas sobre el comportamiento del mercado, e incluso dejarse guiar por su intuición financiera, que normalmente se basa en la experiencia y en situaciones semejantes acaecidas en el pasado y anteriormente analizadas. Pero no se trata de una ciencia exacta en absoluto. Siempre hay que contemplar las circunstancias presentes, marcadas a menudo por la actualidad sociopolítica, y que pueden condicionar tremendamente las tendencias de las cotizaciones. Aunque esos factores externos deberían estar siempre implícitos en el comportamiento de los gráficos y, por lo tanto, a ojos de un buen analista de charts, deben ser factores previstos a la hora de actuar.

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