Aprender a resolver dilemas económicos para finanzas familiares

De vez en cuando, alguien me pregunta cuál es la mejor opción en un tema relativo a finanzas personales. Muchos ciudadanos de a pie expresan habitualmente sus dudas respecto a dilemas económicos, que deberían, a mi juicio, aprender a resolver por sí mismos. Es el paradigma de la educación financiera. Una prueba válida de que hemos alcanzado un nivel aceptable de cultura financiera puede ser, precisamente, nuestra capacidad para resolver dilemas económicos que afecten a nuestras finanzas familiares.

Aprender a resolver dilemas económicos - Domestica tu Economía

Preguntas habituales que mucha gente se plantea y acude al consejo de quien considera un “experto” suelen ser:

  • ¿Comprar o alquilar una vivienda?
  • ¿Hipoteca a tipo fijo o variable?
  • ¿Fondo de inversión o depósito bancario?

Desde que nos levantamos hasta que termina el día, sin darnos cuenta, resolvemos inconscientemente multitud de dilemas económicos, porque la economía, aunque no seamos capaces de percibirlo, forma parte de la vida diaria. Estamos acostumbrados a evaluar y decidir entre diferentes opciones para elegir la que mejor nos conviene en cada momento. Suele suceder a la hora de:

  • Decidir el menú para una cena entre amigos.
  • Llamar por teléfono o escribir un whatsapp.
  • Calcular la hora a la que debemos poner el despertador para llegar a tiempo al trabajo, a la universidad, a llevar a los niños al colegio…
  • Pagar en efectivo o con tarjeta de crédito

Son dilemas sencillos que, con sentido común, sabemos resolver y acertar con la decisión adecuada. Evaluamos las diferentes opciones y elegimos sin mayor dificultad cuál es la más apta para nuestros intereses en ese momento:

  • La que menos esfuerzo nos requiere
  • La que más beneficio nos aporta
  • La más eficaz para conseguir nuestros objetivos

Son los mismos preceptos que aplica un asesor financiero, un administrador o un economista cuando le planteamos una duda que afecta a nuestro presupuesto familiar. En realidad, las claves del éxito para resolver dilemas económicos personales pasan por los mismos pasos que se establecen en las empresas, en las administraciones, en las consultoras a la hora de dimensionar una inversión:

  • Ponderar los riesgos
  • Primar la seguridad
  • Calcular los costes
  • Aplicar la normativa vigente
  • Prever las consecuencias para conseguir un resultado estable en el tiempo

Frente a estos pasos hay que situar nuestras posibilidades personales. Es decir, los medios de que disponemos para lograr el mejor resultado a la hora de desgranar los dilemas económicos a los que nos enfrentamos a lo largo de nuestra vida.

Muchos de ellos, los hemos apuntado en este blog cuando hemos sugerido la necesidad de realizar el calendario del consumidor para llevar a buen término nuestra economía familiar. La necesidad de realizar un calendario económico viene dada por el cambio, inmanente a la cosa económica.

La actualidad manda, genera cambios en nuestras vidas y en nuestras economías y nos enfrenta continuamente a dilemas económicos que muchas veces nos sumergen en un mar de dudas y nos impiden tomar decisiones financieras con seguridad. Nos sentimos huérfanos de conocimientos financieros y decidimos acudir a un profesional o nos dejamos aconsejar por un próximo al que conferimos una confianza que puede traer malas consecuencias. Ejemplos de dislates a la hora de dejar en manos ajenas la resolución de nuestros dilemas económicos los tenemos en la vida famosos como Concha Velasco, Arancha Sánchez Vicario, Isabel Pantoja, explicados en entradas anteriores.

Lo cierto es que ahora más de uno estará deshojando la margarita en temas como:

  • Comprar un coche con motor diésel, de gasolina, o eléctrico.
  • No dejar escapar esa casa que hemos visto a buen precio o esperar a que se aclare la inseguridad jurídica generada por el Tribunal Supremo antes de dar el “sí quiero”.

Son ambos temas de rabiosa actualidad que muchos tienen la necesidad de aprender a resolver para no parar sus planes de futuro. Generalmente, la resolución de un dilema pasa por “no dejar que los árboles nos impidan ver el bosque”. Es decir, tomar distancia para poder diagnosticar el dilema adecuadamente. Y tener claro que muchas veces no hay que estudiar qué nos conviene más: si la Cruz o la Cara de la moneda que tenemos entre manos. No nos olvidemos de encontrar una tercera vía que sea, precisamente, la solución más idónea para nuestros intereses. Con las dicotomías que hemos enunciado podríamos escribir un post con cada una. Sin embargo, muchas veces, la verdadera solución radica en otro aspecto al que no hemos concedido la atención necesaria. Como ejemplo baste el siguiente decálogo de respuestas rápidas a los dilemas económicos expuestos en este post:

  • Comprar o alquilar una vivienda: Decide antes si, además de vivir, quieres tener movilidad o realizar una inversión.
  • Hipoteca a tipo fijo o variable: Mira bien antes si podrás pagar el principal, decidir el mejor interés es segundario.
  • Fondo de inversión o depósito bancario: Estudia el horizonte temporal al que vas a someter tu ahorro.
  • Comprar un coche con motor diésel, de gasolina, o eléctrico: Mira otras alternativas para tu movilidad, como el leasing o un vehículo de segunda mano hasta que se aclare el futuro del coche eléctrico.
  • ¿Esperar a que se disipe la inseguridad jurídica generada por el Tribunal Supremo para firmar la hipoteca? Si puedes, espera hasta el 5 de noviembre y más allá hasta que los bancos digieran la medida. Pero si no, intenta bajar el precio, el propietario tiene las mismas dudas que tú.

Quizá hayamos logrado que comprendas que el primer paso para resolver tus dilemas económicos por ti mismo es que no te dejes atrapar entre las dos posibilidades que atenazan tu decisión. Siempre hay que tomar distancia e ir adquiriendo cultura financiera. La cultura financiera no es inalcanzable y tiene una ventaja para el consumidor de a pie y para la sociedad en general: nos hace más libres.

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